Óscar Murillo5 min lectura"Disfruto del fútbol cuando hay energía y conexión entre los jugadores". Héctor Bellerín (Badalona, 1995) lo tiene claro. Casi siempre ha sido así, pese a esa imagen de cierto desdén y pasotismo. Se toma la vida, simplemente, con filosofía, atendiendo a lo importante y otorgando el valor justo a lo demás. Pero, cuando algo le convence, lo defiende a muerte. Con 16 años, cambió la comodidad del FC Barcelona, en cuya cantera se formó, por una aventura impredecible en Londres. Allí, escaló desde la Academia del Arsenal hasta convertirse en capitán y referente del primer equipo, aunque no todo fue un camino de rosas. Una cesión al Watford para probar el 'barro' de la Premier League y seis títulos con los 'gunners'. Hasta que estalló la pandemia de coronavirus. Entonces, con el mundo literalmente detenido, echaba de menos a los suyos y pidió a Mikel Arteta que le dejara volver a España. Apareció el Real Betis y, sin pensárselo, quiso cumplir el sueño de su padre.
Lo que no imaginaba ni por asomo el lateral derecho es que, en tan sólo una temporada, refrendada, eso sí, con la asistencia a Borja Iglesias en el gol de la final de la Copa del Rey que acabaría en las vitrinas verdiblancas, iba a enamorarse de Heliópolis. No se había marchado de vuelta, pues llegó cedido sin opción de compra, cuando ya declaró a los cuatro vientos que quería volverse. No pudo ser de primeras, sobre todo por el dichoso tope salarial, aunque, previo pasó por el Barça y el Sporting Clube, el pasado verano vio cumplido su objetivo de reencontrarse con el 'Panda', Aitor Ruibal y Loren Morón, a los que considera ya familia. Mientras tanto, aprovechaba cualquier ocasión para retornar a la capital hispalense y perderse por las calles del centro, por sus tiendas de ropa de segunda mano y discos antiguos, por las tascas y los rincones más añejos.
Con contrato hasta 2028, Bellerín se ha asentado en el once titular de Manuel Pellegrini, en parte por las lesiones y ausencias de su amigo del alma y Youssouf Sabaly. Esta semana, en una entrevista para 'LiveScore', el catalán señala la que para él es la clave del resurgir bético: "Creo que este año tenemos una defensa muy fuerte, y no es algo que sólo viene de la retaguardia. También viene desde más arriba en el campo. Tenemos centrocampistas defensivos como Marc Roca y Johnny Cardoso que nos ayudan constantemente. Así que es esa sinergia la que tenemos. Al principio de la temporada estábamos tratando de encontrar nuestro lugar, porque había muchos cambios dentro del equipo". Una forma de explicar la marcha menos brillante de la primera mitad de curso, con la eliminación de la Europa League y la Copa del Rey, más el alejamiento, tanto por el gran momento de Girona o Athletic como por los muchos empates registrados, de la zona continental en LaLiga.
Por fortuna para los intereses del vestuario del que forma parte el badalonés, todo parece encauzado. El triunfo por 0-2 en el Nuevo Mirandilla, unido a los malos resultados de varios rivales directos, han permitido al Betis recuperar la sexta plaza de la clasificación, última con plaza fija para los torneos del Viejo Continente hasta que se conozca el campeón del del K.O. y la posible continuidad hasta el séptimo de los agraciados. "Todo es mérito de la estructura y de la forma en que el entrenador quiere que juguemos. Ahora, estamos disfrutando de un gran trabajo y de la portería a cero. Estamos jugando un buen fútbol, especialmente el fin de semana contra el Cádiz. Fuimos más creativos con el balón y tuvimos más posesión ofensiva. Y esa también es una excelente manera de defender, ¿sabes?", sentencia un Bellerín que ha vuelto también por sus fueros.