El 'Chimy' Ávila no era el único de Osasuna que gusta en Heliópolis

El Real Betis invirtió cuatro millones de euros para llevarse el pasado mes de enero del CA Osasuna al 'Chimy' Ávila. La operación incluyó 700.000 en variables, más unos 300.000 que perdonó el argentino al club navarro de unas cantidades pendientes, al tiempo que los verdiblancos cedieron otro 10% de los derechos de Raúl García, ahora denostado por la prensa local, para redondear los seis kilos exigidos por sus homólogos rojillos, que pasan a controlar el 75% del pase del accitano. En aquellos momentos, la necesidad de firmar también a Pablo Fornals y Cédric Bakambu, aparte de lo gastado ya previamente en reclutar a Johnny Cardoso, agotó el margen salarial que habían agrandado la venta de Luiz Henrique al Botafogo, así como las cesiones de Borja Iglesias y Juan Cruz, amén de la rescisión de Andrés Guardado. No hubo dinero para nadie más, por lo que Luis Rioja se quedó en el Deportivo Alavés, al menos hasta verano.

No obstante, según ha podido saber ESTADIO Deportivo, el rosarino no era el único osasunista que gustaba y gusta a los técnicos heliopolitanos, que valoran muy positivamente, dentro del seguimiento que hacen a todas las categorías, el crecimiento y afianzamiento en la elite de dos canteranos criados en Tajonar. Se trata del lateral derecho Jesús Areso (24) y el pivote Iker Muñoz (21). El primero, más curtido, abandonaría pronto la cantera pamplonesa para probar en el filial del Athletic Club y en el Real Burgos, pero ha desbancado este curso a Rubén Peña y Nacho Vidal, este último emigrado al RCD Mallorca en la ventana invernal ante la evidencia de su ostracismo. Los experimentos de Jagoba Arrasate con Jon Moncayola en el perfil diestro de la zaga también terminaron con la solvencia del de Cascante, que bordea los 2.500 minutos, repartidos en 36 encuentros, donde marcó un gol (golazo a lo Roberto Carlos ante el Getafe CF) y brindó cinco asistencias.

De Areso convence su solvencia defensiva, gracias a un físico imponente y un tren inferior muy potente, pero también su mejoría en centros y finalizaciones. Un carrilero muy completo que ha ejercido puntualmente como extremo y a pierna cambiada atrás. Por si fueran pocos alicientes, termina contrato el 30 de junio de 2025 y no ha renovado con los navarros, por lo que, de no hacerlo próximamente, arrancaría el curso venidero su último año de vinculación, por lo que su cláusula de 12 millones de euros podría verse rebajada, llegado el caso. El Betis cuenta ahí con Héctor Bellerín, Youssouf Sabaly y Aitor Ruibal, aunque planea una revolución en ambos laterales y estudia el mercado por si puede 'colocar' a alguno de los dos primeros. Mismo listón monetario que Muñoz, si bien éste renovó el año pasado hasta el 30 de junio de 2027.

Iker suma apenas 1.411 minutos, alternando fases de mucha participación con otras de ostracismo, aunque ha sido un recurso habitual de su técnico en la 'sala de máquinas' por su movilidad, su potencia y su criterio en la distribución. Con cuatro dianas en su haber, el de Villafranca exhibe la llegada que le caracteriza, pues no se trata de un mediocentro defensivo posicional, pese a que puede serlo, sino más un 'box to box' que aúna briega, buen disparo desde media distancia (con ambas piernas, pese a que es diestro) y un sentido táctico envidiable. De momento, no se ha movido del club osasunista, que tampoco lo dejaría ir 'regalado'. En La Palmera, donde dan por perdido desde hace tiempo a Guido Rodríguez, tienen a Johnny Cardoso y pujarán por retener a Marc Roca, pero hay dudas sobre qué hacer con Sergi Altimira y se escucharán ofertas por William Carvalho. De despejarse el horizonte de centrocampistas por dentro, el Betis tiene con quién abaratar un posible fichaje de Muñoz.