Óscar Murillo4 min lectura"Se va otro otro año inolvidable. Gracias por el apoyo y el cariño que nos brindaron siempre. ¡Qué grande ser argentino!", escribía en sus redes sociales un Giovani Lo Celso al que se espera este jueves con sus compañeros ya para comenzar a preparar el encuentro del próximo sábado 23 de noviembre a las 14:00 horas ante el Valencia CF. Sin apenas desgaste, ya que Lionel Scaloni tuvo la deferencia de reservarlo ante Paraguay y darle poco más de diez minutos frente a Perú, pese a que jugó parte de la segunda mitad ante el RC Celta, solamente el cansancio y el 'jet lag' deben frustrar su presencia en Mestalla, quizás no de inicio, ya que Manuel Pellegrini es poco amigo de estas combinaciones parón invernal-titularidad. Con todo, el Real Betis sonríe y respira de alivia, pues llegan cuatro meses de tranquilidad, hasta mediados de marzo de 2025, en los que el rosarino podrá centrarse únicamente en su club.
Y no es una cuestión baladí, puesto que, precisamente, el '20' verdiblanco se perdió tres semanas (y los correspondientes encuentros frente al CA Osasuna, el Atlético de Madrid y el Athletic Club) por una rotura fibrilar que sufrió en el anterior 'impasse Fifa' con la Albiceleste. Se quedará ya de forma más o menos ininterrumpida el zurdo en Heliópolis para afrontar la recta final de este año y el arranque del próximo, donde se irán definiendo las posiciones europeas en LaLiga (con partidos ante el equipo che, la Real Sociedad, el FC Barcelona, el Villarreal CF y el Rayo Vallecano para abrochar 2024, más el del Real Valladolid nada más volver de las Navidades y toda la segunda vuelta), se podrá avanzar en la Copa del Rey y se resolverá la duda de si la reacción sobre la bocina ante el NK Celje significará o no un punto de inflexión en la Conference League (hace falta el do de pecho en la liguilla ante Mlada Boleslav, Petrocub Hincesti y HJK Helsinki para llegar a las eliminatorias).
La participación de Lo Celso es tan básica en los esquemas del 'Ingeniero' que, incluso, sacrificó en su ausencia su sistema fetiche, el 1-4-2-3-1, para jugar con dos puntas y un 1-4-4-2 asimétrico, aunque, a la espera de juntar al argentino con Isco Alarcón, se espera un nuevo cambio de dibujo para otorgar el mando en plaza al ex del Tottenham, que no pudo volver más atinado a la que seguía siendo su casa: cinco goles y una asistencia en siete partidos, con menos de 500 minutos en su haber, lo que constituye, de largo, el mejor promedio ofensivo de toda la plantilla. Ahora, sin las benditas distracciones de los partidos de su selección, al menos, se evitarán riesgos y desconcentraciones.