Hablando con las dos partes, cualquiera con dos dedos de frente apostaría a que la historia entre Guido Rodríguez y el Real Betis llegó a su fin el pasado 30 de junio, sin posibilidad de reconciliación. No fue una separación de mutuo acuerdo, aunque sí amistosa. Nada que achacar al final por parte verdiblanca al argentino, que ha ejercido su derecho a no renovar, por mucho que en La Palmera se le ofreciera situarse en el segundo escalón salarial de la plantilla, que será el primero en cuanto desfilen Nabil Fekir y William Carvalho. Como mucho, el poco tacto de sus agentes, dejando en visto los mensajes desde la planta noble del Benito Villamarín. Porque no es lo mismo decir 'no' que hacer caso omiso. Ahora, con Marc Roca firmado en propiedad y con Johnny Cardoso más dentro de que fuera pese a los 'cantos de sirena' desde Florencia, se confía en Sergi Altimira y se busca otro pivote más joven y revalorizable que complete la demarcación. O eso se desprende de los indicios.
Aunque sólo jugó 13 minutos contra Perú y terminó proclamándose campeón de la Copa América ya oficialmente como agente libre, el dueño de sus derechos cuando arrancó el torneo tuvo la deferencia de felicitar al pivote junto a Germán Pezzella, éste con contrato hasta 2026. En la comisión deportiva, las opiniones son diversas, pasando por algunos más dolidos por cierto ninguneo de Interplayers, aunque también del propio futbolista, hasta llegar a otros más diplomáticos, quizás más pragmáticos, que entienden que el fútbol no tiene memoria ni amores eternos. Como mucho, hacia la institución que te forma y a la que 'bancabas' de pequeño. Punto. Por lo que, si Guido Rodríguez se pusiese de nuevo a tiro y se aviniese a razones, estos últimos creen que habría que aprovechar la oportunidad. Con todo, existe una evidente ley del silencio.
Los responsables béticos no se fían de los Sabbag, que podrían perfectamente marear de nuevo la perdiz hasta encontrar una propuesta más suculenta. Y los hay, incluso, que recelan del centrocampista, hasta el punto de que no les convencería ni siquiera una hipotética rectificación. En cualquier caso, dan por hecho en Heliópolis que le tocaría mover ficha a él, llamar, contactar, dar el paso en definitiva. Y por descontado que la propuesta de cuatro años a razón de 2,5 millones de euros netos ha expirado. Tendrían que ser otras condiciones para sentarse a hablar en serio. En cualquier caso, no sería un sustituto de Johnny Cardoso, sino un complemento. Si llegaran 25 kilos por el internacional estadounidense (o por cualquiera, vaya), podría ser vendido. Nadie es imprescindible. Entonces, quizás se suavizaría la postura con Guido. A día de hoy, no. La versión oficial es que no hay prevista reunión presencial o telemática con el argentino. Un caso cerrado. Oficiosamente, la puerta no está abierta... ni cerrada.
Desde el entorno del de Sáenz Peña, nada sobre el Real Betis. Ni sí... ni no, sino una explicación corta: "Se estudian varias ofertas y se esperan movimientos en clubes europeos, sin prisa". En su fuero interno, el '5' sueña con que se le reabra la puerta del FC Barcelona o del Atlético de Madrid. Entiende que, al filo del 'deadline', aparecerán opciones interesantes. Le llamó el Como, le tanteó la Fiorentina y descartó vías del tercer escalón de la Premier League. Aguarda a que equipos italianos, los dos españoles mencionados e ingleses apuesten por él, que aspira a disputar la Champions League. Tampoco entra en sus planes marcharse a Emiratos Árabes, Qatar ni Arabia Saudí. Mucho menos con una hija recién nacida. El dinero es importante, aunque no lo más importante. Quiere crecer y, aunque no lo confesará públicamente, ha tenido pocas oportunidades hasta la fecha de hacerlo lejos de Sevilla.