Olvídense de Dani Ceballos. No hay debate sobre si el beticismo lo 'perdonará' o no, porque su vuelta no se va a producir. Al menos, este verano. Seguramente, mientras sigan mandando los que mandan, nunca. Y lo afirmo con todo el riesgo que supone a tres días largos del 'deadline' estival, con lo cambiantes además que son las negociaciones en este mundillo. Lo que parece imposible se acaba dando por ceder unos y otros sobre la bocina. Lo que se antoja atado y a falta del 'announce' encalla por la jugarreta de un agente al que los ojos le hacen chiribitas con la comisión de turno o por la irrupción de otro club con dineros a espuertas y moral más bien bajita. Pero, como el regreso del 'hijo pródigo' depende en gran parte del Real Betis, no es ni una prioridad ni un deseo. De los que mandan, insisto, que eran los mismos (con menos fuerza y recién llegados) que en 2017, cuando se fue al Real Madrid por la puerta de atrás.
"Ése ya no se ríe más del Betis", decía a finales de marzo de este año alguien que no pasaba por los despachos de la planta noble, sino que tiene despacho propio en el Benito Villamarín. Creo no traicionar a una fuente de tan alto nivel cuando desvelo una afirmación tan categórica, en parte porque no la identifico, pero ése es el sentir general de quien han visto cómo, entre bromas y veras, entre guiños y recuerdos seguramente sinceros, el utrerano se fue camelando a la grada de su antigua casa, consiguiendo que, con ocasión del homenaje a Joaquín Sánchez, se le recibiera con cierto cariño o, en el peor de los casos, indiferencia. De lo entrecomillado se deduce, por lo menos así lo entiendo yo, que en su momento sí se transitaron los puentes que, con Bahía Internacional como enemigo común y 'sacrificado', se habían reconstruido. Pero lo que no puede ser, aparte de no poder ser, termina siendo imposible.
Por orgullo, claro que sí, aunque se camufle en una imposibilidad económica manifiesta (Dani Ceballos cobra más de tres veces lo de Vitor Roque, por poner un ejemplo; un poco menos del doble que Nabil Fekir), la 'operación retorno' se pospone 'sine die'. Públicamente, supongo que le darán una patada hacia adelante a la lata, porque prima educación y los dirigentes tendrán que ser políticamente correctos. Pero aquel augurio de Antonio Cordón, aludiendo a que los caminos del mediocentro y el club que lo lanzó a la elite se terminarían cruzando en algún momento, va camino de perderse en el limbo de los buenos deseos, generalmente ajenos a la realidad. Otro interlocutor válido, también con despacho en una de las instalaciones verdiblancas, me confesaba 'off the record' que el de Utrera no está todo lo bien asesorado que debería, que eso es discutible, aunque lo fundamental es que "hoy tiene ganas de volver, pero mañana y pasado se acuerda de que es del Madrid y se le pasan".
Pese a todo lo anterior, cada cierto tiempo, máxime con la ventana de transferencias abierta, alguien filtra y alguien publica que Dani Ceballos se está pensando salir de Chamartín en busca de minutos y que, mire usted por dónde, el Real Betis está muy interesado. En este caso, como en muchos anteriores, nada más lejos de la realidad. Nadie en La Palmera ha movido ficha, ni mucho menos llamado al futbolista (o a sus padres o a su hermana, que hace a menudo las veces de agente). Intermediarios no autorizados, románticos empedernidos deseosos de cerrar el círculo haylos, aunque esta vez me juran y perjuran que no hay absolutamente nada en ningún sentido de la autopista, cada vez más distante, entre ambas partes. Ni un metro al frente recorrido por nadie en dirección al otro. Un bulo en toda regla. Una mentira necesaria según para quién. Como dijo Mark Zuckerberg a los gemelos Winkelvoss en 'La Red Social' (David Fincher, 2010) "Si hubierais inventado Facebook, habríais inventado Facebook".