"El derbi supone mucho por lo atractivo que es, por todo lo que mueve y por lo que significa también para nosotros, que llegamos en un momento bueno. Unas semanas atrás, no habría sido el idóneo, pero, tras las dos últimas presentaciones (ante Athletic y Rayo), llegamos reforzados. Eran dos rivales que estaban cerca y, de haber 'enredado' puntos, la cosa se habría complicado un poco, aunque una de las grandezas del Betis es saber sobreponerse a los malos momentos y lograr que todo vaya encaminado a clasificarnos para Europa por tercer año consecutivo, que es nuestro objetivo", apuntaba este miércoles Claudio Bravo en 'Todo al verde', donde abogaba por no dejar paso a la euforia antes de tiempo: "En el fútbol, al final, si no lo tienes en la mano, te puedes quedar sin nada. Ha pasado muchas veces que parece que lo tienes y te lo quitan. No hemos conseguido nada, más allá de dos triunfos seguidos. Podremos saborearlo cuando lo tengamos ya prácticamente amarrado. Ahora, viene un partido importante ante el Sevilla que sería ideal para abrochar el objetivo cuanto antes".
Han sido unas semanas difíciles para él, puesto que desapareció del once tras el 4-1 en Old Trafford, aunque ya encadena dos duelos desde el inicio y a gran nivel: "Siempre se prepara uno, en silencio cuando no te toca estar, de la mejor manera. Es cuando más te tienes que preparar, porque las sensaciones varían; es un mundo de diferencia en cuanto a la confianza. Ahí sale a relucir la experiencia que tengo en el mundo del fútbol, que también sirve para ayudar al equipo. Más que sufrir cuando no juego, trato de revertir las situaciones sabiendo la valía que tengo en el vestuario, intentando mejorar, estando de alguna otra manera presente. El rol de cada uno es sumamente valioso dentro de un grupo. Intento dar lo mejor de mí siempre; si es jugando, estupendo, porque me encanta competir y estar en la salsa del fútbol, que son los partidos. Pero también crecemos con otros momentos de la semana. No es que esté en un momento excepcional, pero sí tranquilo, trabajando de buena manera. Lo más difícil en este deporte, que no se puede comprar ni te lo pueden dar, es conseguir la confianza. No me vuelvo loco cuando las cosas van bien ni me hundo cuando todo parece destruirse. El secreto de permanecer muchos años en esto es que me muestro neutral en cuanto al estado de ánimo".
Sobre su próximo rival en LaLiga, lo califa de "fuerte; tuvieron momentos delicados en LaLiga y se sobrepusieron bien. En la UEL están muy bien, con un objetivo próximo al alcance". Con todo, insiste en centrarse en sí mismos: "Más que preocuparnos del rival, siempre debemos mirarnos a nosotros. Dependemos de prepararnos bien, que el grupo esté fuerte y unido, que tenga las cosas claras. Cuando te entran las dudas, malo. Respetando al rival, sabemos que podemos sacar las cosas adelante si estamos centrados. No debemos cambiar, dudar, tampoco relajarnos por las dos victorias, que a veces nublan el panorama. El 3-1 al Rayo ya no existe. Hay que pensar ya en el domingo". Bravo, además, admite que es importante que los que tienen más bagaje aporten, circunstancia que enarbola cuando le cuestionan sobre Guardado y Joaquín, los otros dos 'pesos pesados' del Betis que realizaron anuncios sobre puntos finales en su carrera.
"Andrés y yo jugamos muchas veces en contra. Tener esa clase de compañeros en un vestuario no es habitual. Debemos aprovecharlo. El tiempo pone a cada jugador en su sitio, y él lo tiene en todo lo alto con México. Me merece orgullo, admiración y respeto", refiere el de Viluco sobre el adiós del 'Principito' a su selección, que es una retirada con todas las letras en el caso del portuense: "Es un jugador determinante. Nos dio la tranquilidad en el último partido, con una acción suya que abrochó el resultado. Un jugador como ése no es fácil encontrarlo; eso te lo dan las tablas, los años de 'circo'. Lo vamos a echar mucho de menos, que no le quepa duda a nadie". Y, por último, se refirió a su continuidad, dado que también termina contrato el próximo 30 de junio y que ya no puede alcanzar los 25 partidos (se quedaría, como mucho, en 22) necesarios para su renovación automática: "¿Seguir? Depende. No me apresuro a nada. Tengo una edad en que hay que ver si la cabeza se plantea nuevos objetivos y desafíos. No tengo prisa. Si me toca seguir, bien; si me toca irme para casa, bien también. Lo tengo sumamente claro: mientras me sienta útil y en forma para poder competir, adelante. Si no, me voy con mi familia, en silencio, sin despedidas, como empecé".