Igual el destino le estaba enviando un mensaje al Real Betis, pero resulta curiosa la querencia verdiblanca que hay en Almendralejo, ciudad de Badajoz en la que nació por mera casualidad Rafael Gordillo, enclave que los de Manuel Pellegrini llevan dos años seguidos visitando en Copa del Rey (1-12 al Hernán Cortés y 1-6 con el CD Gévora) y lugar en el que hace 20 años vino al mundo Ángel Ortiz Monterrey. La irrupción del canterano en el primer equipo ha sido portentosa y ha obligado a los dirigentes del club a ponerse manos a la obra sin tiempo alguno que perder. La decisión con este talentoso lateral derecho reconvertido tiene que ser 'Extrema y dura': de extrema necesidad, ya que su actual contrato expira el próximo 30 de junio, y destinada a durar en el tiempo, pues entre la entidad y su agencia de representación mantienen conversaciones muy avanzadas para blindarle con un contrato muy similar al que también firmaron recientemente el no menos descollante Pablo García y el estelar Jesús Rodríguez.
Aún no se ha cerrado del todo su renovación, pero está al caer. El pasado viernes, el compañero Iván Díaz avanzaba en exclusiva en ESTADIO Deportivo que se habían producido significativos avances en la negociación durante una reunión que tuvo lugar la semana pasada y en la que sólo había pequeñas diferencias económicas que ambas partes veían del todo salvables, emplazándose para rematarlo todo en los próximos días. En este sentido, Mateo González informa este miércoles en el diario ABC que en ese reciente cónclave se sentaron las bases para un contrato que extenderá la vinculación entre Ángel Ortiz y el Betis cuatro años más, hasta el 30 de junio de 2029; misma fecha que tienen firmada los mencionados Pablo García y Jesús Rodríguez.
A cambio de una sustancial mejora de sus condiciones salariales, el delantero de Alcosa aceptó una cláusula de rescisión de 30 millones de euros; mientras que en el caso del extremo alcalareño, que ha agarrado con fuerza la camiseta de titular en el primer equipo -ante el Real Madrid se antoja fijo tras la expulsión de Antony en Getafe-, el blindaje es aún mayor y asciende a 50 millones de euros. El precio de salida de Ángel Ortiz, a falta de recortar esos flecos, se situará a priori en un punto intermedio entre los de sus dos amigos.
Se lo ha ganado a pulso. El extremeño no era, ni mucho menos, el mejor colocado para dar el salto al primer equipo. Ya vio la dificultad de promocionar con un Fran Delgado que se quedó a las puertas y tenía por delante a Pablo Busto, que jugó dos encuentros en la 23/24 pero se lesionó justo al mismo que tiempo que lo hicieron Aitor Ruibal y Youssouf Sabaly, además de Héctor Bellerín. Así, el de Almendralejo encontró la oportunidad con la que toda su familia soñaba desde que llegó al club en edad Infantil a sólo cinco meses de quedar libre.
Sabaly volvió apenas dos semanas después del gran debut de Ángel Ortiz, asistiendo a Bakambu en el 0-1 en Mallorca; Ruibal regresó unos días después y este pasado martes Bellerín por fin se sumaba a los entrenamientos con el grupo, tras permanecer de baja desde el 3 de noviembre. Ahora el que está lesionado es el propio canterano, que sufre un esguince de tobillo tras ser arrollado por Sheraldo Becker en el duelo ante la Real Sociedad. Pese a ello, Manuel Pellegrini ya dejó claro en su última rueda de prensa que su promoción no es una mera situación coyuntural. Ha llegado para quedarse y, a pesar de que en su puesto haya tres efectivos del primer equipo, cuando esté restablecido contará para el chileno al mismo nivel que todos ellos: "Ángel se está recuperando, a ver si la próxima semana puede empezar a entrenar con normalidad y veremos quién juega en el lateral derecho cuando se recupere del todo".
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