El último partido que el Real Betis jugará en su casa del Benito Villamarín será precisamente ante el Valencia CF, su próximo rival a la vuelta del parón, el 22 de mayo de 2025. A partir de ese día, el Coliseo de La Palmera ya no volverá a tener el aspecto actual. Justo unas horas después de ese último compromiso como local en la 24/25, la maquinaria pesada invadirá el fortín heliopolitano para iniciar la demolición de la grada de Preferencia y arrancar unas obras que se extenderán hasta el último trimestre de 2027. En ese paréntesis de dos cursos, la entidad de las trece barras se trasladará a La Cartuja, un feudo con un mayor aforo (casi 70.000) que permitirá entrar a muchos más béticos y que previsiblemente generará un aumento de ingresos al triplicar las zonas premium (unas 4.000, los mismos que tendrá el nuevo estadio).
En este sentido, el CEO del Betis, Ramón Alarcón, ha explicado que el traslado comenzará en torno al próximo mes de marzo, llevándose al olímpico los despachos de la mayoría de los directivos. Deportivamente, el primer encuentro será en agosto o septiembre de 2025, en función del calendario y con la puerta abierta a disputar algún partido estival a modo de presentación, y el regreso al nuevo Benito Villamarín está previsto para el inicio de la 27/28. De aquí a entonces, el club y las instituciones políticas tienen mucho trabajo por delante con las polémicas suscitadas por el malestar de asociaciones vecinales de Heliópolis y con muchas carencias aún a nivel de infraestructuras: hay que mejorar los accesos a La Cartuja, estudiar la posible ampliación del cupo de abonados con las personas apuntadas en una lista de espera a la que deberán regresar con la vuelta a casa en septiembre de 2027 y la creación de una Fan Zone con locales de restauración para amenizar las previas y escalonar la afluencia de público los días de partido.
"El traslado al estadio de La Cartuja genera nuevas incertidumbres. Ante cada incertidumbre hay que actuar con responsabilidad y contención. No obstante, nosotros creemos que este cambio nos va a permitir aumentar los ingresos (en el otrora Estadio Olímpico hay más aforo y más zonas premium que en el actual Benito Villamarín previo a la reforma). El gran mensaje que queremos transmitir es que hemos hecho una inversión muy fuerte por la cantera (unos 30 millones de euros en la nueva ciudad deportiva) y ya nos está dando muy buenos resultados, en el primer equipo y en el filial, que ya vemos cómo está (líder del Grupo 2 de la Primera RFEF. Es la base: jugadores contrastados que ya están en plantilla, con incoporaciones de jóvenes activos que puedan dejar ingresos con venta y un papel importante de los canteranos para cuadrar números y seguir aspirando a mantenernos en Europa", ha explicado Ramón Alarcón en un encuentro con los medios para desgranar las cuentas que el consejo presentará en la Junta de Accionistas del próximo 17 de diciembre y en el que también ha repasado la hoja de ruta para el mercado invernal de fichajes, con el condicionante extra de la lesión de Johnny Cardoso.
"Estamos trabajando en material de movilidad con el Ayuntamiento y con la Junta de Andalucía para mejorar los accesos a La Cartuja lo días de partido, porque además eso es algo que va a exigir FIFA para concederle ser sede del Mundial de 2030. Esperamos que ese plan que ya está en marcha mejore mucho ese gran problema de accesos que hay y que nos preocupa mucho. Para los béticos, aunque haya más aforo, no es lo mismo venir al Benito Villamarín que a La Cartuja y todo eso lo tenemos en cuenta", ha respondido, al ser preguntado por ello y por la opción de que la entidad se plantee habilitar una lanzadera especial (aún no hay decisión clara al respecto).
"Al crecer el aforo con respecto a La Cartuja, estamos planteándonos la manera de ampliar el cupo de abonados. En ese sentido, quiero dejar claro que esas personas que están en lista de espera y que entrarían para este año, luego volverían a los primeros puestos de la lista de espera con el regreso al nuevo Benito Villamarín, pues baja de nuevo la capacidad. Eso aún habrá que trabajarlo", ha proseguido Alarcón. Además, el Betis ha explicado que está trabajando con las autoridades para 'imitar' la zona de restauración del Icónica Fest para que la afición tenga una Fan Zone similar a las de las finales para pasar las previas y que eso ayude a hacer más progresiva la llegada y la salida de los aficionados.
"Nos estamos reuniendo con los vecinos para resolver sus dudas, pero quiero remarcar que hay dos supuestas quejas que no son reales. No somos un 'Nuevo Bernabéu', no tenemos esa capacidad para guardar el césped (obra de ingeniería costosísima para el Real Madrid) y los grandes conciertos serán dos o tres y todos ellos en el mes de junio, ya con la temporada empezada. También les hemos dejado claro que esto no va a ser un centro comercial. Así, los teóricos problemas de seguridad, movilidad o limpieza van a ser los mismos que ocurren ya los días de partido. Seguiremos hablando con ellos para convencerles de que este nuevo estadio lo que va a hacer es dinamizar el barrio y generar también ingresos para la ciudad.
El club entiende los problemas que sufren los aficionados para hacer frente a la televisión de pago y, el caso de los socios, además sufragar su abono anual. No obstante, más allá de la lógica empatía con las dificultades en tiempos complejos para las economías familiares, Alarcón ha recordado que su responsabilidad institucional le obliga a estar en contra de la piratería, al suponer una clara merma de ingresos: "La piratería es un robo. No poder comprar algo no te legitima para robarlo. Evidentemente, es un tema de debate en LaLiga porque si los aficionados no se abonan a la televisión de pago por no poder asumir los costes, entonces las operadoras tampoco pagarán las cifras que venían abonando. Estamos intentando que el fútbol sea competitivo y que el público lo pueda pagar, pero sin justificar la piratería".