El beticismo se mueve para cumplir el último deseo de Sebas

Se llamaba Sebas Borislavov Iliev y tenía 15 años cuando falleció repentinamente el pasado miércoles después de un entrenamiento con su equipo, el Club Deportivo Zaratán Sport. De ascendencia búlgara y residente en Valladolid, su autopsia apunta a una cardiopatía congénita que dio la cara de manera tan cruel y que ha afectado a otros deportistas que, por suerte, siguen vivos, como el danés Christian Eriksen, que dio el susto durante la pasada Eurocopa, pero que brilla ahora en el Manchester United, si bien otros tuvieron que retirarse, como el ex culé Sergio 'Kun' Agüero o deben parar de manera indefinida, como el zaguero serbio del Córdoba CF Draguisa Gudelj, hermano del sevillista Nemanja. El pequeño no ha tenido tanta suerte, aunque sus allegados quieren homenajearle y se han puesto en contacto con el Real Betis. Sí, porque Sebas era otro bético del universo.

"Le definiría como un culé-bético-pucelano, aunque su pasión era el Betis por encima de todo. Jugara quien jugara con el Betis, el equipo verdiblanco tenía que ganar. Tenía especial devoción por Juan Miranda y por su manera de jugar. En pleno enero y durante la Copa del Rey, estuvimos horas y horas delante del hotel para ver a los jugadores y que se hiciese una foto con ellos. En aquel momento, quedó enamorado de Borja Iglesias y de Joaquín y sus chistes, y me dijo 'Mamá, mi sueño es ser futbolista', relata la progenitora del mediano de tres hermanos, Kerana Ivanova, en 'El Norte de Castilla'. Sus familiares y conocidos se han puesto manos a la obra, con las pruebas en la mano como quien dice, para cumplir el que sin duda habría sido su último deseo: conocer el Benito Villamarín. Varios futbolistas y directivos han sido contactados en las redes sociales y, según ha podido conocer ESTADIO Deportivo, ya está todo en marcha.

El tema no habría podido caer en mejores manos que las del consejero Ozgur Unay, encargado de la cantera y de las infraestructuras, aunque el ingeniero de origen turco es, por encima de todo, una gran persona, empático donde los haya. De ésos que convierten en suyo el problema de otros si está en su mano buscarle solución. No es aventurado asegurar que, teniendo él conocimiento del caso, si Sebas se quedó con las ganas de visitar el Coliseo de La Palmera, tendrá esa satisfacción, aunque desgraciadamente de manera póstuma. Mientras tanto, el dolor embarga esta semana a su familia, a sus compañeros de clase, a sus vecinos y a sus iguales del equipo cadete Zaratán Sport. Su madre sólo espera que, al menos, su muerte sirva para que los exámenes médicos a los niños que quieren hacer deporte se tomen mucho más en serio.