El Real Betis peina con tiempo y toda la antelación posible el mercado de agentes libres a partir del verano de 2023, a sabiendas de que, en cuestión de cinco semanas, ya podrá hablar con luz y taquígrafos con quienes se quedarán en paro un semestre más tarde. La intensa competencia que existe por este grupo, conocido como de coste cero aunque siempre hay que abonar una prima de fichaje al protagonista y sus asesores, menor que un traspaso y generalmente prorrateada durante el contrato que firman, obliga a tirar de poder de persuasión, experiencia y proyecto, a riesgo de ser pesados o excesivamente insistentes. Toca convencer a los que empiezan a estar mareados con ofertas económicas e incentivos de todo tipo, por lo que la solución suele pasar por un precontrato, con cláusulas de salida, que deriva en un compromiso más firme desde que, en febrero, se cierra ya la ventana invernal.
Ocurrió con Rui Silva, que decidió no renovar con el Granada y escuchar propuestas, aunque había dado el sí a los verdiblancos. A principios de 2021, Everton, Inter, Atlético de Madrid y Ajax lo tentaron. Podría haber roto su compromiso con los heliopolitanos a cambio de dos millones de euros, cuatro si el Sevilla FC llega a preferirle antes que otro igual como Dmitrovic para competir con Bono, pero ratificó su apuesta por los de La Palmera, por lo que antes de que acabara aquel ejercicio 20/21, ya costaba 50 millones llevárselo sin negociar con un Betis que, en estos momentos, se plantea volverlo a colocar en la palestra, habida cuenta de que Bravo sigue rindiendo a gran nivel pese a sus 39 años, que sigue en nómina Dani Martín (aunque cuenta poco o nada) y que el portugués es uno de los mejores activos que tiene la plantilla, sin duda de los más revalorizables, puesto que no hubo que desembolsar un traspaso, por lo que, de acercarse alguien a su tasación según 'Transfermarkt', 15 kilos, todo serían plusvalías.
Para los lectores de ESTADIO Deportivo no es ningún secreto desde hace más de dos meses que en el Barcelona militan dos objetivos heliopolitanos para la próxima campaña. Con un horizonte contractual idéntico, Héctor Bellerín e Iñaki Peña gustan sobremanera a los técnicos verdiblancos, que desean hacerles hueco en la plantilla de la 23/24 si las condiciones económicas mejoran, que lo harán. El lateral derecho era el deseado para acompañar a Sabaly y, de hecho, había un pacto para que aguantara al máximo en Londres y presionara al Arsenal para que lo rescindiera, aunque el Betis no logró ni la gran venta ni las otras salidas que precisaba, presionando LaLiga para un ajuste salarial que complicó, incluso, las inscripciones de los fichajes y las renovaciones que ya se estaban cerrados. El de Badalona encontró acomodo a última hora en su ex equipo, pero sólo firmó por una campaña, soltando guiños continuos en pos de su regreso.
Y, aunque los mensajes filtrados a través de la prensa, su propio representante o algún pronunciamiento oficial entre dientes invitan a pensar en que podría prolongar su estancia en el Camp Nou, Xavi Hernández ya ha dejado claro que quiere a Meunier o, en su defecto, un carrilero de otras características, por lo que todo hace indicar que, si la Roma no le convence en enero, esperará a los de Pellegrini hasta verano. Y lo mismo parece ocurrir con Iñaki Peña, aunque los señuelos mediáticos volvían a señalar a una renovación que no avanza. Antes al contrario, en la planta noble del Benito Villamarín están tranquilos al respecto, como con Aouar, sin sentirse ni mucho menos fuera de la carrera por el meta alicantino. Es cierto que éste, que ya se buscó las habichuelas el curso anterior en el Galatasaray, tiene varias 'novias' de postín, incluyendo a unos turcos que suelen ser generosos si no han de pagar por un pase, aunque valora al Betis, donde tendría un camino más despejado por la titularidad si sale Rui Silva. Además, percibe que el Barça está más por la labor de ampliar a Arnau Tenas, que costaría menos a Laporta, que a él, que tampoco piensa estar toda la vida a la sombra de Ter Stegen.