Aunque allende Despeñaperros su visita más recordada al Benito Villamarín data de la temporada 16/17, cuando no dio validez a un gol de Jordi Alba que Mandi despejó claramente desde dentro de la portería, Alejandro José Hernández Hernández es un colegiado casi 'non grato' para el Real Betis. Aquel 'gol fantasma' y un penalti a Neymar instantes antes constituyen, según el relato del FC Barcelona, el hándicap que impidió a los catalanes ganar aquella Liga, que se apuntó el Real Madrid con tres puntos más, aunque el equipo de Luis Enrique perdió ese día sólo dos puntos (1-1). Y eso que confesó ser hincha culé desde pequeño... El asturiano clamaba entonces por la llegada del videoarbitraje, que no se implantó en España hasta dos temporadas después (18/19), si bien al colegiado lanzaroteño, como a muchos colegas, le ha dado igual desde entonces que compañeros desde Las Rozas evalúen su labor y traten de corregirla.
En términos globales, el de Arrecife ha dirigido 31 encuentros oficiales a los verdiblancos, con nueve victorias, diez empates y doce derrotas, en los que mostró 91 tarjetas amarillas y seis rojas. El único triunfo bajo sus órdenes en dos años y medio llegó, precisamente, en un Real Betis-RCD Espanyol (3-1) de la jornada 29ª de la campaña 22/23, en concreto el duelo para el que ha sido designado por el CAT este jueves. El árbitro adscrito al colegio grancanario impartirá justicia ante los 'pericos' el próximo domingo 29 de septiembre desde las 18:30 horas, cruzando los dedos en Heliópolis para que se invierta la tendencia, ya que únicamente ganó cuatro de los últimos diecisiete choques con él, donde se registraron seis igualadas y siete derrotas. De hecho, en los dos partidos que peor sabor de boca dejó, los del escudo de las trece barras no cayeron, sino que firmaron sendos 1-1 y ganaron su último título.
Fue ya la tercera vez que Hernández Hernández se cruzó en el camino bético cuando llegó el primer despropósito. En concreto, en Ponferrada, donde es imposible enumerar los errores de este triatleta aficionado, denunciado oficialmente ante la RFEF por la directiva del gran favorito al ascenso a Primera división en aquella temporada 10/11. Además de expulsar a Iriney para compensar la doble amarilla previa al local Abraham, anuló un tanto a Jorge Molina por fuera de juego en un saque de banda (achacando ante las protestas visitantes que había hecho una falta inexistente a un defensa en el remate) y no quiso ver unas claras manos dentro del área local ("creo que está prescrito ya", dijo hace poco de aquello). El otro gran hito fue la final de la Copa del Rey 21/22 que terminó en las vitrinas de La Palmera en los penaltis, si bien pudo haber menos sufrimiento, pues perdonó la expulsión a Hugo Guillamón (inmediatamente sustituido por Bordalás) e ignoró una notoria pena máxima de Carlos Soler a Nabil Fekir.
En su última visita al Villamarín, el canario expulsó al 'Chimy' Ávila ante el Villarreal CF por quejarse de un tirón de orejas de Alberto Moreno, al que acababa de echar con otras dos amarillas evitables. Así lo compensaba. Finalizando su otro cruce en el camino bético de la 23/24, echó a Willian José en Vitoria al golpear involuntariamente al defensa del Deportivo Alavés Aleksandar Sedlar mientras trataba de reincorporarse de una caída. Hasta donde alcanza la memoria, tuvo su dosis de protagonismo en el primer encuentro tras el parón por el Mundial de Qatar 2022 echando a Luiz Felipe por la insistencia de los jugadores del Athletic Club, pues su primera intención, como se demuestra en las imágenes, era enseñar amarilla.