Alta tensión en el FC Barcelona. La situación con Xavi Hernández podría empezar a hacerse insostenible en los próximos días. Las palabras del técnico egarense en la previa del duelo ante la UD Almería no han gustado nada en la directiva, empezando por el presidente, Joan Laporta, quien estaría muy enfadado y decepcionado con el que es todavía su entrenador. De hecho, se podrían producir cambios en el banquillo a consecuencia de estas palabras, que habrían provocado un enorme malestar entre la Junta Directiva de la entidad de la Ciudad Condal.
Por poner en contexto, el que fuera campeón del mundo con España expresó, sobre la situación económica del Barça, que "hay otros clubes con una situación mucho mejor que la nuestra. El barcelonista lo debe entender, yo así lo entiendo; nos tenemos que ajustar a ello. Pero eso no significa que no vayamos a competir. Necesitamos estabilidad y tiempo, pero hay cosas buenas para competir".
A consecuencia de su enfado, el presidente blaugrana no estuvo presente en el Power Horse Stadium ante la UD Almería. Tampoco lo hizo el director deportivo de la entidad, Deco, cuya falta de química con Xavi es notoria. A pesar de que el club apuntó a que ambos no pudieron viajar por cuestiones de agenda y compromisos personales, lo cierto es que su no presencia en Andalucía levantó muchas sospechas.
Según lo que informó en las últimas horas Miguel Rico en El Partidazo, el máximo mandatario del club azulgrana, que considera que Xavi no ha cumplido con los pactos a los que se llegaron en su domicilio cuando se cerró la continuidad del entrenador para la próxima temporada, podría estar dispuesto a cerrar su etapa de forma abrupta. De hecho, podría ser la próxima semana cuando el egarense dejaría el banquillo de un FC Barcelona que parece más un volcán que un equipo de fútbol.
Por otro lado, Marca indica que, si bien es cierto que hay distanciamiento entre las partes y que el enfado es real, no se estarían planteando cesar a Xavi por sus palabras del miércoles. En este sentido, habrá que esperar a ver qué pasa con un preparador que ha vuelto a ponerse en el punto de mira, pero no en el de los aficionados o medios de comunicación. Esta vez, se ha puesto en un foco mucho más peligroso: el del presidente y de la directiva.
"No me han dicho nada. La relación no cambia. Todo con normalidad. Dije lo que pienso, que es real. Luchamos por todos los títulos y tengo ambición e ilusión, pero la situación no es fácil. No cambia nuestra realidad. Totalmente seguro de que seré el entrenador la próxima temporada. Tengo la ilusión y sigo teniendo el honor de estar en este club. Tengo la ambición de ganar títulos, pero la situación no es la mejor".