Alberto Gálvez3 min lecturaLo último que esperaba cualquier culé esta temporada era ver pedir la hora a Xavi Hernández ante el Barbastro en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey. Pues lo hizo.
Y no solo eso. El técnico catalán no paró de protestar y cuestionar todas las decisiones arbitrales durante todo el encuentro. Hasta tal punto que, al finalizar el mismo, dos jugadores del conjunto oscense se encararon con él recriminándole su actitud. Uno de ellos incluso le propinó un empujón tras saludarle.
Se quejaba el de Terrasa de que el colegiado del encuentro, José Luis Pulido Santana, había añadido un minuto más de lo mostrado en la pizarra, pero se le olvidó al preparador barcelonista que el segundo gol del Barbastro llegó en dicha prolongación y que, según la normativa, se debe añadir un minuto más cada vez que ello ocurra.
Y tras todo este escándalo, la periodista Cristina Cubero ha desvelado en El Chiringuito de Jugones el enorme problema que tiene Xavi Hernández. Y es en relación a su hermano, Óscar Hernández, quien ejerce de segundo entrenador. La colaboradora del programa presentado por Josep Pedrerol confesó esta pasada madrugada que ni en el club ni en el propio vestuario azulgrana confían en su figura. Creen que su hermano no le está aportando nada en su periplo como entrenador del Barça.
De hecho, la ausencia de un segundo entrenador contrastado en su cuerpo técnico fue uno de los inconvenientes que veía la directiva cuando decidieron apostar por él en el banquillo. Y el tiempo le está dando la razón a dichos dirigentes, porque ya son varios los episodios en los que se ve al propio Óscar Hernández intervenir con protestas o calentando al propio Xavi, en vez de serenarlo, como ocurrió ayer.
En la historia más moderna del club azulgrana, todos los técnicos del Barcelona han solido contar con una segunda figura de relevancia o que, a la postre, quedó patente la importancia que tenían. Sucedió con Johan Cruyff y Charles Rexach, posteriormente con Bobby Robson y Mourinho, que quedó incluso con Van Gaal, Fran Rijkaard y Ten Cate, Guardiola y Tito Vilanova o Luis Enrique y Unzué.
Ahora, dos años después, en el club han confirmado que la jugada les salió mal cuando apostaron por Xavi Hernández sin tener experiencia alguna y más sin traer un segundo que sí la tuviera. Porque en momentos como el que está viviendo el catalán esta temporada, donde los nervios se están apoderando de él en cada partido, se necesita esa figura más calmada y que aporte soluciones tácticas diferentes. Y, visto lo visto, Óscar Hernández no lo está demostrando hasta la fecha.