Francisco Salas3 min lecturaVitor Roque ha llegado al Barça como un bálsamo revitalizador para la durísima temporada que están viviendo en la Ciudad Condal, desde su llegada procedente del Atlético Paranaense en el reciente mercado invernal ha participado en siete encuentros, en los que ha anotado dos goles, ambos en LaLiga, pero esa racha positiva se vio truncada ante el Alavés, donde pese a que marcó su segundo tanto, fue expulsado por doble amarilla, una decisión polémica que generó muchos comentarios y que ha provocado que el propio jugador se pronuncie, por una decisión que considera "injusta".
La expulsión la considera "injusta". La recibió en menos de diez minutos por dos tarjetas amarillas, primero por un codazo a Tenaglia, y después por un pisotón a Rafa Marín, tras una entrada del sevillano. Esta es precisamente la tarjeta de la discordia, ya que es una jugada en la que el defensor entra con el pie por delante y él gira el suyo para no impactar con el directamente y evitar una lesión. Sin embargo, para Martínez Munuera fue una acción merecedora de amonestación. Según ha afirmado Roque a Mundo Deportivo, el trencilla aludió a que "esto no es Brasil", y el jugador en lugar de protestar, respetó la decisión."No me queda otra que cumplir sanción y prepararme para el próximo partido", recalcó el joven.
El Barça trató de recurrir la decisión al comité de apelación, pero este ha hecho caso omiso a la queja y el atacante de 18 años será baja en el duelo ante el Granada, dejando a Xavi sin una de sus piezas más importantes en las últimas jornadas. Con la baja forma de Robert Lewandowski, el de Timoteo se ha erigido como la alternativa a él, pero ahora obligará al preparador egarense a buscar una nueva solución para el encuentro del domingo en el estadio Lluis Companys.
Desde el sorprendente anuncio de Xavi de que abandonaba el equipo en junio tras una derrota muy dura ante el Villarreal, los suyos han remontado el vuelo y las victorias ante Alavés y Osasuna les han servido para recuperar el tono de cara al tramo decisivo de la temporada. Pese a estar eliminados de Copa del Rey, les queda la Champions, donde espera el Napolés en octavos. Tras los dos fracasos consecutivos en la máxima competición continental, la leyenda del club querrá marcharse con el buen sabor de boca de avanzar alguna ronda y soñar con levantar un trofeo que los suyos no conquistan desde hace nueve años.