Clément Lenglet fue una de las muchas opciones que manejaron Sevilla FC y Real Betis para potenciar el eje de sus defensas durante la reciente ventana estival de transferencias. En Nervión contaban con el plus emocional que habría supuesto para el francés regresar al club que le hizo debutar en España en enero de 2017, puesto que el zurdo abandonó entonces el Nancy a cambio de 5,4 millones de euros. Fue uno de los últimos fichajes de Monchi, que menos de tres meses más tarde dejaría la entidad blanquirroja por vez primera para comprometerse con la AS Roma. Volvería en 2019, aunque, para entonces, el de Beauvais ya llevaba un año casi en el FC Barcelona, quien pagó alrededor de siete veces más por sus servicios, fijándole una cláusula de 300 kilos.
No llegó nunca a triunfar ni consolidarse en la Ciudad Condal, donde su estratosférico salario, a la altura de los 36 millones de su traspaso, se fue convirtiendo en una losa insalvable. Lenglet aceptó reducírselo, aunque ciertas informaciones hablaban de que este curso cobra 18 brutos, 12 según 'Marca'. Este verano, de vuelta de su préstamo al Tottenham, fue rápidamente uno de los descartes de Xavi y de los señalados por la directiva para hacer caja. Entre sus pretendientes, como apuntaban en la prensa catalana, los dos equipos hispalenses, uno por la venta de Luiz Felipe al Al-Ittihad (fraguada con el mercado cerrado) y otro por su debilidad defensiva, solucionada con un Sergio Ramos 'regalado' en lo monetario y en paro.
Ni verdiblancos ni blanquirrojos podían hacerse cargo, pese a gustarles el perfil de Clément, de un porcentaje reseñable de su ficha, lo que sí hizo el Aston Villa de Emery y Monchi, quienes asumen un 75%. No pagan nada en Birmingham por la cesión ni se guardaron una opción de compra, por lo que el Barça, que únicamente paga una cuarta parte del salario, sí veía un ahorro útil para el LCPD. Aunque el trato pudo ser mucho más ventajoso. Y es que, según la cabecera de Unidad Editorial, el Al-Nassr de Cristiano Ronaldo estaba dispuesto a respetar el caché del central galo y pagar 8 millones de euros por sus derechos, lo que habría quitado un peso de encima a Deco y Laporta, pero terminaron recurriendo a Laporte.
Sin embargo, el interesado frenó la operación, ya que tenía claro que, a sus 28 años, no quería jugar en Arabia Saudí, sino continuar en Europa. La Premier League le gusta y, como el entendimiento entre instituciones fue sencillo, la solución al 'culebrón' no tardó demasiado, por mucho que todo fuera oficial en el mismo 'deadline day' de las cinco grandes Ligas. En Barcelona, según la misma información, preferían una venta o un préstamo por dos campañas, aunque tampoco presionaron demasiado a Lenglet por su buen comportamiento estos años y las facilidades que ha dado siempre a los dirigentes culés cuando los números no cuadraban y tenía que buscar acomodo.