Todos los caminos conducen a Guardiola. Así lo pienso. Porque el de Sampedor es, como siempre un visionario. Un adelantado en todo lo que hace y dice. Hace un año justo, Pep pronunciaba estas palabras: "Si estoy entrenado aquí, donde sea como asistente, y el Barcelona me llama, yo iré a Barcelona, es mi club".
Una frase que seguramente no gustaría a Xavi, que las hizo sin maldad alguna pero con las que dejó claro su deseo de retornar al Camp Nou. Fue en la previa de un City-Arsenal, cuando le preguntaron por si le molestó en su día que Arteta decidiera iniciar su propia trayectoria en los banquillos y pusiera rumbo al cuadro londinense. Y como símil puso el ejemplo del Barça con el que ilusionó a todos los culés. Pero su reflexión no se quedó ahí y fue más allá.
"Yo sé que él ha ido a su club, del que es aficionado, el club que ama. Recuerdo que cuando él estaba aquí, siempre celebraba muy efusivamente todos los goles que marcábamos frente a todos los rivales. Todos excepto uno, el Arsenal. Yo me fijaba que si marcábamos al Arsenal, él reaccionaba diferente y yo pensaba 'este chico... a este chico le gusta el Arsenal'. Es como si yo, que estoy aquí entrenando, o si fuese asistente del entrenador, y un día el Barcelona me llama, yo iré al Barcelona, es mi club. Obviamente hay temas contractuales, pero la gente tiene que volar allí donde cree que va a ser feliz, no se puede quedar donde no esté a gusto", matizó.
Por todos es conocido que el actual presidente del Barça, Joan Laporta, ya le ofreció volver al banquillo culé cuando estaba en plena campaña a la presidencia del club. Sin embargo, siempre que Laporta se le ha insinuado, Pep lo ha regateado.
Pero esta temporada, tras haberlo ganado ya todo con el City, la situación podría ser bien distinta. En la Premier League no está disfrutando tanto como en cursos anteriores y el Liverpool amenaza hoy día con su reinado (actualmente el City es segundo a cinco puntos de distancia pero con un partido menos).
A día de hoy, sólo el apartado económico separan los caminos de Pep y el Barcelona. Porque, una vez anunciado por el propio Xavi que el banquillo azulgrana quedará desierto a partir del próximo 30 de junio, Guardiola tiene ya toda la autopista para él. Llegaría con la vitola de salvador, sin presión alguna porque a peor es difícil ir, y se encontraría con un grupo de canteranos que ya este año se están fogueando de lo lindo soportando la presión de un equipo como el Barcelona en pleno declive. Y, por si fuera poco, volvería a estar en casa once años después (3 temporadas en el Bayern Múnich y 8 en el City).
Y respecto a este último factor, no podría comenzar mejor su segunda etapa en el banquillo culé que anunciando que perdona su caché para volver a levantar al equipo de su vida. Porque el Barcelona le necesita y el barcelonismo aún más. Es el momento. Ni Rafa Márquez, ni Thiago Motta ni ningún otro podría levantar un vestuario como él sí podría hacerlo con su discurso y con su conocimiento. Porque para hacer que las ideas calen en el jugador no sólo hay que conocerlas y creer en ellas, sino también saber transmitirlas. Y en el estilo Barça es quien posee el título de 'Doctor Honoris Causa'.
Por último, el colaborador de El Chiringuito de Jugones, defensor de Xavi hasta que ha podido, confesaba a modo de exclusiva esta misma semana que, de tener que marcharse el de Terrasa, Joan Laporta le había dicho a su entorno que tenía pensado llamar a Pep. Y tras la rueda de prensa de Xavi en el Lluís Companys, la mesa está preparada ya, sólo falta que venga para firmar.