Aitor Torvisco4 min lectura"Este despreciable Barcelona, tantas veces favorecido por el arbitraje, debe sentirse en territorio algo más que hostil". Cuando el sector radical de la afición del Paris Saint-Germain escribe una frase como esta en un contundente comunicado, a tres días del duelo de ida de los cuartos de final de la UEFA Champions League en el Parque de los Príncipes, desde luego no suena a una amable invitación de un cortés anfitrión. Han pasado siete años del 6-1 en el Camp Nou con el polémico arbitraje del alemán Deniz Aytekin, pero los ultras del PSG no han olvidado esa actuación, ni otras bastante discutidas en las cuatro eliminatorias de la máxima competición continental que han disputado en los últimos años, todas ellas con los galos como derrotados.
"El miércoles nuestro equipo se enfrenta al FC Barcelona. Para nosotros, el partido empezó con el pitido final contra Clermont. Nuestro papel será fundamental y exigimos a todos una movilización total y colectiva. Unámonos como uno solo para impulsar lo nuestro. Acudamos temprano al estadio, vistamos las camisetas rojiazules, hagamos temblar a los oponentes nada más entren al campo para calentar. El Barcelona, tantas veces favorecido por el arbitraje, debe sentirse en territorio algo más que hostil", arranca el comunicado que ha hecho público el Collectif Ultras París, calificada en su país como un sector muy radical del PSG.
"Es nuestro deber hacer del Parque una fortaleza aterradora para el rival y esperamos la determinación de nuestro equipo de hacerlo un estadio inexpugnable. Este equipo, cuya mentalidad guerrera y solidaria nos agrada, debe sentir a todo un pueblo decidido a su lado", continúa el exaltado escrito, que concluye con una arenga al más puro estilo espartano: "Encendamos nuestro legendario Parque de los Príncipes, seamos implacables. Nuestro único objetivo es la victoria y, para ello, hagamos nuestro papel al máximo. Juntos somos invencibles".
Con este comunicado los hinchas del PSG se reafirman en sus cánticos malsonantes dedicados al club catalán durante el partido liguero que su equipo empató en casa ante el Clermont el pasado sábado (1-1). Con clara ventaja hacia un nuevo título de Ligue 1 -competición que hace tiempo que no sacia a nadie en París (ni Qatar)- la mente de público y jugadores estaba puesta en el duelo del miércoles. Se escucharon gritos de "Puta Barça" desde el fondo que ocupan los radicales que firman el comunicado y el ambiente de cara al partido se está caldeando bastante.
Todo ello, a pesar de que el PSG cuenta con dos ex del Barcelona como Ousmane Dembélé y el entrenador, Luis Enrique Martínez, quien intentó poner paz al ser preguntado por estos insultos corales en la rueda de prensa posterior al choque liguero del sábado: "Me gustaría ver un gran espectáculo entre dos grandes equipos, que reine la deportividad. Muchas veces se gana y mucha se pierde. Hay que respetar a los árbitros, a los jugadores contrarios, a las familias... Y espero que gane el PSG. ¿Te he contestado ya?".