Joao Félix está dispuesto a empujar con todo para salir del Atlético de Madrid y vestir la camiseta del FC Barcelona en los próximos días. A unas 48 horas para que se cierre el mercado de traspasos el portugués empieza a dar síntomas de agotamiento ante una situación que no termina de desbloquearse. Él quiere irse, el Atleti está de acuerdo y el Barça se muestra encantado de hacerle sitio... ¿Cuál es el problema? Que los deseos en el fútbol dependen plenamente del poderoso papel verde.
El Atleti abrió el mercado decidido a vender al joven atacante luso. Lejos de querer recuperar para la causa –parece perdida desde hace tiempo–, desde la planta noble colchonera optaron por colgar el cartel de transferible a su jugador; eso sí, con un precio de 100 millones de euros al que nadie se ha ni medio acercado y que a otros directamente les ha hecho dar media vuelta antes de llamar a la puerta. Con tal escenario, en el Metropolitano tienen claro que ya se trata de minimizar daños. Por ello, se han hecho a la idea de que una cesión no es mala solución; eso sí, solo bajo unas condiciones muy marcadas.
A estas alturas a nadie escapa que rojiblancos y azulgranas han hablado largo y tendido sobre este posible acuerdo; sin embargo, todo ha quedado a expensas de que los presididos por Joan Laporta puedan hacer frente a una operación que se exige que se hagan cargo de la amortización correspondiente a la presente temporada (16 millones de euros), además de asumir al completo el salario del jugador. Ajustar todo eso al fair play financiero es hacer un encaje de bolillos, incluso contando con lo que parece ser la inminente salida de Ansu Fati en dirección al Tottenham de la Premier League inglesa. Tal cúmulo de circunstancia desfavorables están haciendo mella en Joao, quien está dispuesto a hacer un inesperado sacrificio por jugar en el Camp Nou.
Según informa el periodista Adrián Sánchez, el astro portugués ya habría comunicado a las pertinentes partes que estaría dispuesto a rebajarse el salario para que este encajase en la masa salarial del Barcelona. Exacto, quiere evitar a toda costa que los obstáculos financieros acaben provocando que deba quedarse en el Atleti, donde no cuenta para el entrenador, Cholo Simeone, ni él mismo quiere jugar. Todas las cartas están sobre la mesa (y boca arriba), ahora solo queda que se dé un final feliz para todos los interesados.