Al Fútbol Club Barcelona le quedan aún dos partidos para terminar la Liga. El primero de ellos lo jugará esta misma tarde ante el RCD Mallorca y el segundo será en Vigo ante el Celta. De ahí que en el Camp Nou todo gire alrededor de la próximo curso. En ese contexto se habla mucho de los posibles fichajes y de las salidas del club, Sergio Busquets y Jordi Alba se despiden hoy de su afición. Es ahí donde emerge la figura de Ousmane Dembélé.
El francés es intocable para Xavi Hernández, que ya el año pasado puso mucho empeño en su renovación. Aunque esta fue por solo dos años y el francés volvería a quedar libre el 30 de junio de 2024. Su cláusula es de 50 millones de euros este verano y el propio jugador tendría la mitad de esa ganancia, pero su futuro está alejado de una salida: "Me siento muy bien en el Barcelona. Espero convertirme en un jugador muy, muy grande aquí", afirmó a Telefoot el atacante culé.
Ousmane Dembélé ha tenido una buena temporada en la ciudad condal hasta que se produjo la lesión. El francés fue de los más destacados de los azulgranas en los primeros meses de temporada, pero tuvo que parar a finales de enero y no ha podido volver hasta hace muy poco. Aún así, en el club le tienen muchísima confianza y esperar poder renovarlo más allá de la fecha en la que expira su actual contrato: "He apoyado a este club desde que era joven, siempre he sido fanático", aseguró Dembélé en la misma entrevista.
De esta forma parece cerrar cualquier opción de salida este verano. Se ha llegado a apuntar que el PSG lo querría para respaldar a Mbappé, una opción que el 'mosquito' desecharía para seguir vistiendo la camiseta del Fútbol Club Barcelona. Así disipa los rumores de una posible salida, al menos por este verano, porque de no conseguir estirar su contrato en menos de un año podría firmar por cualquier otro club. Una circunstancia que ya vivió el pasado verano, pero finalmente siguió en el Camp Nou.
A pesar de las dificultades económicas del Barça, Dembélé es una pieza importante para ellos y no está en venta. Por tanto, si el jugador quiere seguir y el club lo quiere mantener, antes o después están destinados a entenderse y que se produzca una nueva renovación entre las partes.