Dos cesiones, dos negocios perfectos para que el Barcelona pueda fichar en la 2023-24

Pese a que se va a proclamar campeón de LaLiga, el FC Barcelona está viviendo una de sus temporadas más convulsas de toda su historia. A los problemas económicos y salariales que venía arrastrando de anteriores campañas, se le ha sumado en este ejercicio el escándalo arbitral con el 'Caso Negreira'. Un asunto que, sin duda, ha dejado manchada la imagen de la entidad azulgrana salvo que se demuestre lo contrario en la resolución judicial.

Y lo que es peor, esto último puede conllevar a que el club se quede sin poder competir en Europa el próximo año o el siguiente si la UEFA decide sancionarle. Así las cosas y en cuanto a materia de fichajes se refiere para la temporada 2023-24, el club anda intentando recuperar a uno de sus cedidos, Abde, quien está brillando con luz propia en las filas del Osasuna y ha despertado incluso el interés de algunos equipos de la Premier League.

Sin embargo, al igual que el cuerpo técnico de Xavi Hernández ha emitido informes a la dirección deportiva para que lo traigan de vuelta, para que ello se produzca el club deberá afrontar la venta de uno de sus jugadores de ataque. Y entre los elegidos están Raphinha, Ferran Torres o Ansu Fati.

Los cinco goles que ha marcado en los 26 encuentros que ha disputado con el conjunto navarro y su actuación estelar en la Copa del Rey, donde ha sido uno de los artífices de la clasificación del conjunto rojillo para la final, le han hecho revalorizarse al jugador marroquí. Así, la prioridad ahora mismo es traerlo de vuelta al Camp Nou, pero si no consiguen vender a ninguno de los anteriormente mencionados estarán obligados a venderle a alguno de sus pretendientes ante las necesidades económicas que padece el club.

Otro de los negocios que le ha salido redondo a Joan Laporta es la cesión de Trincao, quien ya ha dejado de ser jugador del FC Barcelona a todos los efectos una vez que el Sporting de Portugal ha conseguido la salvación en la liga portuguesa. Y es que el préstamo al club luso tenía una condición de compra obligatoria por siete millones de euros (más los tres por su cesión) si el conjunto lisboeta lograba la permanencia en la elite del fútbol portugués.

Y una vez conseguido dicho reto, la entidad barcelonista pasará a cobrar dicha cantidad para recuperar parte de los 31 millones de euros que pagó en su día por el delantero cuando militaba en el Braga.