"Desde que conozco el Barça, no me acuerdo de un ataque así tan feo a un jugador joven de fuera como con Vitor Roque. Una crítica tan fea y tan mala. No sé de dónde ha venido, si es un ataque a mí o al club, pero no había visto un ataque personal contra un chaval de 18 años tan fuerte. Me refiero a maldad, porque se le atacó sin ningún sentido ni razón", esgrimía este miércoles en 'Mundo Deportivo' el gran mentor de Vitor Roque, que ya la ofreció en enero de 2023 al FC Barcelona cuando era un agente y acababa de cerrar el traspaso de Raphinha desde el Leeds. Entonces, todavía llevaban las riendas deportivas del club azulgrana Jordi Cruyff y Mateu Alemany, quien descartaron al brasileño por 'Fair Play Financiero', si bien su sucesor unos meses más tarde siempre sospechó que simplemente no les gustaba el entonces 'crack' del Athletico Paranaense y que preferían a su coetáneo del Palmeiras Endrick, que acabó en el Real Madrid.
Ahora que el de Timóteo ha descollado en las filas del Real Betis, en la Ciudad Condal se tiran de los pelos o se frotan las manos, según quién. El último en pronunciarse ha sido el hijo del mito neerlandés. Lo ha hecho durante el homenaje que le han brindado en Sitges, volviendo a las comparaciones y dejando entrever que Xavi Hernández pudo tener algo de culpa en todo el 'hate' que recibió el artillero durante los seis primeros y únicos meses de estancia en tierras catalanas: "Ya he dicho antes muy sutilmente que ser entrenador aquí es muy complicado. Hay que tener paciencia, sobre todo cuando se inicia un proyecto nuevo, cuando viene un chico nuevo extranjero. Siempre me acuerdo de los primeros años de Vinícius en el Madrid. Esto pasa en Barcelona y quizás no habría tanta paciencia. El Madrid la tuvo y, al final, tiene un jugador diferencial".
Para que nadie se enfade, Jordi Cruyff utilizó otro ejemplo de la casa para censurar indirectamente las duras críticas a Vitor Roque, por el que los culés abonaron 30 millones de euros fijos y 31 en variables. Por Raphinha fueron más (58+9) y, con el tiempo, ha terminado demostrando que es un futbolista no ya válido, sino merecedor del brazalete de capitán del equipo que ahora dirige un Hansi Flick que tampoco quiso al mineiro: "A veces es algo necesario, la paciencia. Mira Raphinha los primeros dos años, que la gente lo criticaba mucho y mira lo que está haciendo ahora. Cuando es un jugador joven, que viene de otro continente, aún hay que tener más".