Ousmane Dembélé atraviesa un momento dulce en el Paris Saint-Germain, donde ha encontrado estabilidad, confianza y una versión futbolística que recuerda por qué fue una de las grandes promesas del fútbol europeo. En la previa del encuentro de vuelta de cuartos de final de la Champions League frente al Aston Villa, el extremo francés habló con sinceridad sobre su presente, su evolución personal y su etapa pasada en el FC Barcelona.
La llegada de Luis Enrique al banquillo parisino ha supuesto un punto de inflexión en la carrera del atacante. El técnico asturiano le ha otorgado un papel protagonista, ubicándolo en posiciones más centradas dentro del esquema ofensivo del equipo. El resultado ha sido espectacular: 32 goles y 10 asistencias en lo que va de temporada, incluyendo 21 tantos en la Ligue 1 y 7 en la Liga de Campeones.
"Este PSG es el equipo en el que más disfruto jugando", aseguró Dembélé en conferencia de prensa. Aunque evitó afirmar que sea el mejor conjunto en el que ha militado, sí reconoció que a nivel de disfrute personal está viviendo algo único: “Estuve en el Barça de Messi, que para mí es el mejor de la historia, pero nunca me lo pasé tan bien en un campo como ahora”.
El francés también explicó que ha realizado cambios importantes en su vida personal, lo cual ha sido clave para dejar atrás los recurrentes problemas físicos que marcaron sus años en España. "Me encuentro en un estado óptimo físicamente, aunque el trabajo físico aún no es lo que más me entusiasma", confesó entre risas.
Dembélé evitó entrar en debates sobre su candidatura al Balón de Oro, aunque no esquivó la pregunta: “Se habla de eso, pero lo único que tengo en mente son los títulos grupales, especialmente la Champions League. Ganarla sería algo realmente excepcional”.
Respecto al duelo decisivo frente al Aston Villa en Birmingham (tras el 3-1 de la ida), el delantero fue contundente: "No venimos a defender un resultado, venimos a ganar. Aquí todos atacamos y defendemos, porque el entrenador lo exige. Si no cumplimos, sabemos que podemos perder la titularidad".
Destacó además la mentalidad combativa del equipo: “Una de nuestras grandes fortalezas es que nunca bajamos los brazos. Luis Enrique nos recuerda constantemente que hay que creer hasta el último minuto, y esa mentalidad se ha convertido en el sello de identidad del vestuario”.
Con un Dembélé desatado, liberado y líder en el campo, el PSG se prepara para afrontar el tramo más exigente de la temporada con una mezcla de ambición, unidad y hambre de títulos.
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