La temporada del Barça está muy lejos de lo que esperaban en la Ciudad Condal. Terceros en liga mostrando una imagen muy pobre, barridos en copa por el Athletic Club y con solo una bala en la recámara, la Champions League, donde este miércoles disputan la ida de los octavos de final ante un Nápoles que dista mucho de lo que fue, ya que está inmerso en una crisis igual o peor que las de los blaugranas, y están a punto de ir a por su tercer entrenador de la campaña.
El Nápoles de Luciano Spalletti asombró al mundo en la campaña 2022/23, conquistando el Scudetto de la Serie A con mucha superioridad y alcanzando los cuartos de final en la Champions League, pero en el verano todo se torció, el preparador transalpino salto del barco napolitano para sentarse en el banquillo de la selección italiana y pese a que estuvieron muy cerca de contratar a Luis Enrique, todo se torció con el asturiano y acabaron firmando a Rudi Garcia. La apuesta por el francés salió muy mal y en noviembre fue despedido fulminantemente cuando vagaban por la media tabla. Su sustituto fue Walter Mazzarri, un viejo conocido del club, que lo hizo muy bien en su anterior etapa, a comienzos de la década pasada, pero ni con esas encontraron el camino correcto.
Mazzarri ha dirigido diecisiete encuentros entre todas las competiciones, pero en ningún momento ha sido capaz de tornar el rumbo, con un balance de seis victorias, un empate y ocho derrotas, que han hecho que Aurelio De Laurentiis, el máximo mandatario de la formación, y que no destaca por su paciencia con los preparadores, esté planteándose su destitución. De hecho, es posible que no llegué a sentarse en el banquillo ante los culés y sea finiquitado hoy mismo.
Desde Italia aseguran que ya hay incluso sustituto apalabrado, Francesco Calzona, que estaba en el equipo de Spalletti la pasada campaña, dirigiendo la parte táctica del ataque, y actualmente ocupa el cargo de seleccionador de Eslovaquia. El ex futbolista podrá compaginar ambos cargos, pero la situación que se va a encontrar en el Diego Armando Maradona no es nada fácil. En Serie A marchan en la novena plaza, muy lejos del objetivo, pero a su favor cuenta que jugadores como Oshimen o Kvaratskhelia sacaron su mejor versión con él y volver a encontrarla será vital para remontar el vuelo de un proyecto que se hunde. Eso sí, de cara a la ida ante los catalanes no va a tener casi tiempo de dar su toque personal al equipo y tendrá que apostar al cambio anímico, que a veces funciona cuando debuta un nuevo técnico, como hemos visto este fin de semana en LaLiga con el Rayo Vallecano.