La incertidumbre que ha acompañado al FC Barcelona durante todo el verano sigue sin despejarse a menos de 24 horas para el final de un mercado de fichajes en el que los azulgranas, como la gran mayoría de los equipos españoles, se han visto atenazados por el estricto control financiero de LaLiga.
Con el límite salarial sobrepasado, todos en el Camp Nou confiaban en solventar la situación con la nueva palanca que supuso la venta de un porcentaje de Barça Vision a Libero Football Finance. Sin embargo, el fondo alemán no ha cumplido con lo pactado y sigue sin abonar los 40 millones de euros que debían servir para rematar la plantilla.
El club catalán, por tanto, se encuentra ante la espada y la pared, lo que obligará a Joan Laporta a ejecutar un 'plan B', siendo él mismo y algunos miembros de su junta directiva los que tengan que presentar un aval para poder rematar las operaciones pendientes.
Metidos de lleno en el último día del mercado, desde las oficinas de la entidad culé no atisban otra solución, tal y como informan diversos medios catalanes, pese a que también se había sondeado la posibilidad de que fuese un fondo inversor estadounidense el que aportase la liquidez necesaria.
Sin la deseada palanca que todos esperaban, por tanto, el aval de Laporta resulta indispensable, primero, para poder inscribir a Iñigo Martínez y al meta Iñaki Peña. Y después, para poder rematar la contratación de Cancelo, bajo la fórmula de una cesión sin opción de compra, y del colchonero Joao Félix, también a préstamo.
Ahora toca cuadrar cuentas para saber cuál es la cantidad que el presidente azulgrana y sus directivos tendrán que depositar como garantía para poder llevar a cabo dichos movimientos. Todo dependerá de la cantidad final que se ahorre el club en las salidas de Lenglet y Ansu Fati rumbo a la Premier, así como de las condiciones que impongan Manchester City y Atlético de Madrid para las llegadas de los dos futbolistas pretendidos por Xavi.
En cualquier caso, Mundo Deportivo calcula que serán en torno a 30 millones de euros los que Laporta deberá presentar como garantía junto a sus directivos. En este sentido, se contaba con disponer de un aval de un banco suizo por valor de 20 kilos, pero LaLiga exige que el mismo proceda de un banco español, por lo que se ha negociado un contraval con el Banco Sabadell, según Sport. El reloj corre y las gestiones se aceleran porque no hay otra solución.