Xavi Hernández ya ha hecho público su deseo de contar con más refuerzos de cara a la temporada que viene, aunque también reconoció abiertamente las limitaciones económicas del FC Barcelona. Esta variable ha estado afectando al club catalán durante los últimos tiempos, aunque esto no es lo único que ha convertido al Barça actual en un destino poco atractivo para los futbolistas. En tan solo un mes de verano, el equipo ha visto cómo tres de sus principales objetivos eligieron otra opción para su futuro. A pesar de los esfuerzos del club, no lograron convencer a Messi, Brozovic y Güler.
El primer nombre destacado en el mercado fue el de Leo Messi. El Barcelona nunca ocultó su deseo de que el argentino regresara, e incluso Xavi abrió la puerta y analizó cómo encajaría en el equipo en diversas entrevistas. Sin embargo, el 7 de junio, el actual campeón del mundo puso fin al culebrón. "No vuelvo al Barça, iré al Inter de Miami", anunció Messi, todo un jarro de agua fría para la afición culé.
El siguiente objetivo de la directiva azulgrana fue el centrocampista Marcelo Brozovic, vigente subcampeón de la Champions League. El croata era visto como un refuerzo clave para fortalecer el mediocampo del equipo tras la salida de Busquets. Sin embargo, Brozovic optó por irse a Arabia Saudí y dejar al Barça sin otro de sus objetivos.
Por último, el Barcelona también tenía la esperanza de fichar al joven talento turco Gökberk Güler. Considerado una promesa en ascenso, Güler despertó el interés de muchos equipos, aunque el Barça parecía tenerlo todo atado. En el último momento, el joven turco decidió unirse a otro equipo, ni más ni menos que el Real Madrid, dejando a los azulgranas nuevamente sin poder concretar el fichaje.
Estas tres negativas, sumadas a las de Kimmich y Zubimendi, han supuesto un duro golpe para el Barcelona, evidenciando que ya no tienen el poder que antes tenían, tanto en lo económico como en lo institucional. El Barcelona ahora tendrá que replantear su estrategia y buscar otras alternativas para fortalecer su plantilla de cara a la próxima temporada, en un verano que se espera tedioso en las oficinas del Camp Nou y, sobre todo, para los aficionados culés, cuyo enfado va a mayores viendo que lo que le prometen desde la directiva no es capaz de cumplirse. Solo les queda esperar a ver si el que actualmente es el 'patito feo' del fútbol europeo vuelve a convertirse en el cisne que un día fue.