El nombre de Antoine Griezmann está grabado para siempre en la historia del Atlético de Madrid, club al que llegó cargado de ilusiones en el verano de 2014 procedente de la Real Sociedad y del que se marchó en 2019, agotado mentalmente y enfadado con Diego Pablo Simeone. En presencia del técnico argentino, el delantero francés reconoció sin tapujos que se fue porque, de alguna manera, el Cholo le estaba echando; pero reconoció que irse al FC Barcelona (por 120 millones de euros) fue "un error" y detalló la inmensa alegría que sintió cuando las puertas del club colchonero se reabrieron para su vuelta a casa en 2023 -cedido por 10 kilos con opción de compra de 20-. Su regreso ha sido triunfal y el '7' fue homenajeado este pasado jueves en el estadio Cívitas Metropolitano por convertirse en el máximo goleador de todos los tiempos del club rojiblanco, superando en un tanto los 174 que sumó el inolvidable Luis Aragonés.
El periodista de A3Media Vicente Vallés fue el encargado de conducir un acto en el que Griezmann y Simeone se sentaron juntos en el mismo sofá, mientras el delantero galo era preguntado por los peores momentos que vivió la relación entre ambos, hasta el punto de saltar por los aires. "Llegaba de los primeros entrenamientos diciéndole a mi mujer 'No entiendo qué quiere de mí, no le aguanto más'. Era un jugador que no tiraba a puerta y él paraba el entreno para decirme que tirase a puerta. Me costó entrar en la dinámica. Con trabajo, los compañeros que me ayudaron mucho lo dimos todo para adelante y salió bien", explicaba el internacional 'Bleu', que pese a que acabó haciéndose con la titularidad en el Atlético, sentía que no terminaba de congeniar del todo con el argentino o que éste no sabía sacarle su máximo rendimiento. Por eso, después de un par de años de coqueteos con el Barça, dedició irse, pero se arrepiente y no volverá a hacerlo.
"Decidí irme porque había llegado al límite mental, culpaba de todo a los demás. Cuando yo no daba el nivel, buscaba una excusa y me dije 'Tengo que irme', porque siempre piensas que fuera es mejor. Quise probar y a los meses me di cuenta de que no estaba tan feliz como en Madrid y el Atleti, intente volver y recuerdo el míster cuando me llamó el último día de mercado, le dije quiero volver sí o sí y le dije a mi hermana, 'Haced todo lo posible para volver y el resto lo hago yo'. También estaba enfadado conmigo mismo y era trabajar, estar calladito, me hacía pequeño los primeros meses y alguna pitada me la tenía que comer, trabajar y ya está. Torres me dijo cuando volví que aquí no me iban a decir nada si fallaba o no marcaba, si dejaba todo en el campo me respetarían y seguirían mientras lo dé todo. La afición vio que lo daba todo", añadió, admitiendo que fue "un error" irse al Barcelona y que su pareja, Erika, le advirtió de ello.
Por eso, antes de concluir el acto, Griezmann prununció palabras para exaltar la figura de Luis Aragonés y quiso mandar un mensaje de gratitud: "Primero, a mis compañeros desde mis comienzos y a los de ahora, quiero darles las gracias a todos porque han sido muy importantes para mí. Al cuerpo técnico, al Cholo, a Miguel Ángel, a Cerezo, fisios, utilleros... no me quiero olvidar de nadie. Lo daré todo siempre, es una alegría y orgullo estar aquí, cometí un error como le puede pasar a cualquiera, pero hago todo para que estén orgullosos de su número 7 y a disfrutar juntos. Les necesitamos de aquí al final de temporada, gracias por el cariño y a disfrutar juntos. Este evento me da más responsabilidad para hacerlo mejor".
Griezmann estaba harto de Simeone y el argentino, obviamente, se daba cuenta, pero no iba a cambiar su exigente manera de trabajar. "Como entrenador, soy un afortunado por haber podido acompañarle para hacer tantos goles. Para jugar en el Atlético no alcanza sólo con ser buen futbolista. Él lo tuvo, empezó dos meses más difíciles, desde el hat-trick en San Mamés empezamos mejor y quisimos aprovechar todas sus virtudes, otra posición en el campo más central y el crecimiento es todo de él. Me quedo con su gol en Múnich, a una final de Champions no se llega todos los días. Estuvo en el lugar y el momento exacto. Gran pase de Fernando Torres, cruzamos los dedos para que lo marcase e hizo como los elegidos", expuso el Cholo, quien explicó también que las rencillas del pasado no evitaron que su respuesta al regreso del francés fuese entusiasta: "En cuanto hubo la posibilidad de volver, empezamos a llamarnos. Era el futbolista que necesitábamos para seguir creciendo. Le costó al inicio, pero trabajó para ganarse a la gente y el lugar que hoy tiene. El mérito absoluto de él es tener las cosas claras y las tuvo claras desde que quiso volver".
También se refirió a ello el presidente del Atlético, Enrique Cerezo: "Antes de que se marchase le tuvimos que convencer para que se quedara un año más. Luego se fue, cuando empezó a jugar en el Barcelona ya sabía que volvería. Antoine está en un nivel entre los tres o cuatro mejores jugadores que hay en Europa. Todo el que le vea jugar y tenga trato con él lo sabe. Estamos encantados y orgullosos la primera y la segunda vez que vino. Había parte de la afición que no estaba muy a favor, pero a base de trabajo, constancia y saber estar superó todo esto y es uno de los jugadores más importantes que tenemos", expuso antes de entregarle la insignia de oro y brillantes del club madrileño.
En la misma línea, el consejero delegado Miguel Ángel Gil Marín entró por videollamada desde EE.UU. para contar cómo fue su regreso: "Fueron de las 10 horas más intensas y locas que he tenido en los 30 años que llevo en el Atlético. Todo empieza con una charla suya con Koke, Koke habla con Diego (Simeone), Diego habla conmigo y nos lo planteamos. Hago un análisis muy rápido social, deportivo, económico, hablo con el Barcelona y existía una opción, todo pasaba por la salida de Saúl, había una propuesta que había concluido, hablamos con Saúl y se lo planteaba... Fue una carrera sin mucho criterio pero con mucha pasión y corazón. A falta de un minuto cerramos con el Barcelona, una hora antes, con el Chelsea y Saúl. Todos nos ilusionamos. Tener una persona como tú es lo que todo gestor pretende: buen profesional, buen tipo, líder del vestuario y un futbolista con rendimiento".