Abraham Campos3 min lecturaRaul Jiménez ha sido uno de los nombres que más sorprendió a la afición del Atlético de Madrid cuando el club anunció su incorporación. Ocurrió en el verano de 2014, tras la conquista de LaLiga y alcanzar la final de la Champions, y llegó junto a Griezmann y Mandzukic para conformar una delantera de ensueño para los atléticos.
El méxicano fue uno de los delanteros que llegó para suplir las salidas de Diego Costa o David Villa. Una revolución tras la conquista de la penúltima liga rojiblanca que no salió como esperaba, y es que solo una temporada más tarde salía por la puerta de atrás del conjunto colchonero y fichaba por el Benfica, donde demostró el delantero que había comprado el Atleti. Ahora, en el podcast de otro mexicano, Miguel Layún, ha echado la vista atrás y ha recordado su paso por la capital.
Recuerda que no todo salió bien, sobre todo por la edad que tenía y por ser en un lugar tan lejano de su país de nacimiento. "Tuvo su grado de dificultad. Tenía 23 años, la primera vez que iba a vivir solo y en otro país. Eso me ayudó a crecer como persona, a salir adelante". El delantero también ha revelado que esparaba jugar mucho más, pero casi no contó para Simeone. "El problema fue que no tuve muchos minutos como me hubiera gustado. Jugaba poco pero aun así me llevo un buen sabor de boca del Atlético de Madrid. Me hizo crecer mucho".
El primer partido que disputó con la camiseta rojiblanca fue la final de la Supercopa ante el Real Madrid. El mexicano alucinaba de enfrentarse a jugadores como Bale o Sergio Ramos. "Esa temporada que yo llegué venían de ganar LaLiga, llegar a la final de Champions y cuando yo llegué también lo hicieron Griezmann y Mandzukic. Empecé ahí jugando unos partidos de titular y todo. Ganamos la Supercopa. Entonces llegar y ser campeón de la Supercopa de España es algo increíble. Competir en mis primeros partidos con Bale, Benzema, Pepe o Sergio Ramos... dices 'no jodas, en qué me metí".
Raul Jiménez no llegó a ser indiscutible para Simeone y solo completó 27 partidos entre las cuatro competiciones que jugó. Solo fue capaz de anotar un gol y en solo una temporada se tuvo que marchar. En el Benfica, pero sobre todo en el Wolves demostró todo su potencial llegando a anotar 27 goles en la temporada 2019/20. En la presente campaña, en el Fulham ya lleva 10 y dos asistencias en 23 partidos.