Abraham Campos3 min lecturaJulián Álvarez llegó al Atlético de Madrid como la estrella que es. Uno de los fichajes más caros de la historia, 90 millones de euros, llegaba al equipo colchonero tras no contar casi para Guardiola y después de haber levantado todos los títulos que puede disputar un futbolista. Aunque no comenzó de la mejor forma.
El delantero argentino debutó con la camiseta del Atlético de Madrid en el primer partido de LaLiga EA Sports frente al Villarreal. Practicamente sin descanso tras haber jugado los Juegos Olímpicos con la selección dirigida por Javier Mascherano, Julián Álvarez jugaba tan solo doce minutos en La Cerámica. Una semana después, en la visita del Girona al Civitas Metropolitano, Simeone optó por darle la titularidad, para terminar disputando 81 minutos. Lo mismo ocurriría el 28 de agosto en la visita del Espanyol al feudo rojiblanco, pero sería sustituido al descanso. En todos ellos, Julián Álvarez no fue capaz de ver portería en su nuevo equipo. Las dudas empezaban a rondar sobre su figura. Y es que se marchó al parón de selecciones sin marcar, pero llegó a la selección y anotó un tanto en el partido ante Chile. No sería hasta su vuelta a Madrid cuando llegaría su primera anotación. Fue frente al Valencia, entrando desde el banquillo y jugando solo 29 minutos. Ahí, La Araña descorchó el champán.
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Dicen que el gol es como un bote de ketchup. A veces le das y sale muy poco, y otras veces no para de salir. Eso justo le ocurrió a Julián, porque desde que marcó el primero, no han parado de caersele los goles. Son 11 goles en 16 partidos esta temporada (22 si contamos los de Argentina). Una media de 0,77 por partido. Unos datos que mejoran sus inicios con el Manchester City.
Julián Álvarez llegó en la temporada 22/23 al Manchester City y en sus primeros 1.300 minutos disputados (los que lleva ahora con el Atlético) logró marcar nueve tantos. Mientras que la temporada posterior, habiendo jugado 60 minutos más, anotó dos goles menos. Si atendemos a sus medias de goles, también supera al Manchester City, y también a su paso por River Plate.
Con una media de 0,77 por partido, supera las 0,44 de River, donde anotó 54 goles en 122 partidos, y las 0,35 de Inglaterra, donde marcó 36 goles en 103 encuentros. Unas cifras que han mejorado considerablemente tras un inicio dubitativo.