Joao Félix continúa llevándose el protagonismo de los entrenamientos del Atlético de Madrid, aunque no en el buen sentido de la palabra, y es que parece que ninguno va a poder disputarse sin estar envuelto en una polémica generada por el jugador.
Parece que la situación no se calmará hasta que se resuelva el asunto de Joao Félix, pues su continuidad en el club rojiblanco pese a su deseo de marcharse cedido a un nuevo destino, están generando una notable tensión en la plantilla, sobre todo con el entrenador.
Su incomodidad dentro del club es más que palpable, de hecho la tensión se nota claramente en el ambiente. Los continuos gestos, palabras y cada movimiento que realiza complican más la situación y sobre todo el correcto funcionamiento del trabajo de sus compañeros.
El Cholo sabe que no podrá contar con el futbolista a lo largo de la temporada al igual que sucede con Lodi, por lo que prioriza un entrenamiento fijado en los que van a estar componiendo la plantilla a lo largo del curso, algo que parece molestar considerablemente a Félix.
El ego del jugador se ve afectado y no puede asimilar que el técnico no cuente con él al igual que con sus compañeros. Posiblemente cualquier otro en su situación se tragaría las palabras y continuara su rumbo con la cabeza bien alta, evitando todo tipo de conflictos sabiendo que lo más probable es que sea fichado por otro equipo, pero Joao Félix no puede guardar su temperamento.
Entre los planes del futbolista no se encuentra ocultarse, sino todo lo contrario, dejar claro su molestia y todo lo que le parece mal con lujo de detalles.
Durante la sesión realizada el lunes no perdió el tiempo, acercándose a Andrea Berta con un gran descontento para ‘reprocharle’ lo sucedido. Estas imágenes han dado la vuelta a las redes sociales, recibiendo múltiples comentarios al respecto.
Hoy, martes 11 de julio, ha vuelto a protagonizar un espectáculo. El jugador comenzó la cita trabajando con los suplentes, algo que a lo mejor no era lo que deseaba, pero que por lo menos lo mantuvo entretenido, aunque pese a esto, la desgracia no tardó en llegar. Pasado un tiempo, Joao tuvo que abandonar el lugar junto a Lodi y alguno más, lo que desató el disgusto y enfado del delantero de 23 años.
En ese momento, el futbolista se quitó el peto sin pensarlo mostrando su claro disgusto en señal de protesta lanzándolo al suelo con desprecio. Tras esta escena, procedió a hidratarse y a quitarse las botas.