Giuliano Simeone es un jugador de un gran potencial, de eso no tiene ninguna duda el Atlético de Madrid… ni tampoco el Deportivo Alavés. A pesar de que una grave lesión frenó su trayectoria en el conjunto vitoriano, lo cierto es que el delantero argentino dejó un muy buen recuerdo en la escuadra de Luis García Plaza, quien cuenta actualmente entre sus filas con otro canterano rojiblanco, que no es otro que Carlos Martín. Clave para el técnico, su vuelta a los terrenos de juego con la camiseta babazorra fue muy celebrada por la que fue su afición, quien pudo disfrutar del gran rendimiento que mostró sobre el terreno de juego.
Gracias a esto, el Deportivo Alavés no tuvo dudas a la hora de afrontar su vuelta a Mendizorroza el pasado verano. En un principio, todos, menos una persona, estaban de acuerdo en que Giuliano volviera a formar parte de la escuadra entrenada por Luis García Plaza. ¿Quién fue el único que no dio su visto bueno a la nueva cesión del joven futbolista? Nada más y nada menos que el entrenador del Atlético de Madrid, Diego Pablo Simeone, quien fue muy claro al respecto.
Tal y como apunta Relevo, cuando se acordó la cesión de Giuliano, se incluyeron algunas cláusulas, a petición de Simeone. La primera, que esta se rompería si el joven atacante la “rompía y sobresalía” en los Juegos Olímpicos con la camiseta de la selección argentina. La otra, que, en el caso de que el Atlético necesitara contar de nuevo con sus servicios en el mercado de invierno, no debía existir oposición del Alavés a que el jugador volviera al club que tiene sus derechos en propiedad.
El director deportivo de la entidad, Sergio Fernández, a pesar de que tuvo alguna que otra reticencia, terminó aceptando estas condiciones. Teniendo en cuenta que se había fichado a Julián Alvarez y Alexander Sorloth, no parecía que Giuliano fuera a tener demasiados minutos. Sin embargo, la realidad tenía otros planes para el talento colchonero. El buen papel del atacante en los Juegos Olímpicos, llegando a meter un gol y siendo clave para Mascherano, hizo que el técnico argentino cambiara de opinión, dando un giro de 180 grados a la situación de su hijo, haciendo que se ejecutara la cláusula por la que la cesión se rompía.
Si bien es cierto que algunos en la dirección deportiva no terminaron de ver claras las condiciones de Simeone, las cualidades del jugador convencieron al técnico de que debía formar parte de su plantilla esta temporada. Carlos Bucero, director general de fútbol, apreció que esta cláusula no era muy “gentil” con el Alavés, que, a través de su director deportivo, trasladó al Metropolitano un considerable enfado por tener que quedarse sin el que hubiera sido una de sus piezas clave.
A pesar de ello, no había quien apeara de la burra a un Simeone que aprecia sobremanera la energía y la polivalencia de Giuliano, quien se encuentra en plena forma en estos momentos. En este caso, aún teniendo en cuenta que su presencia fue objeto de debate, ya que se consideraba que había jugadores de sobra en su primer equipo, lo cierto es que el criterio del entrenador se impuso. A la vista de lo que se está viendo sobre el terreno de juego, no puede estar más acertado, ya que es un jugador clave para sus planes.