Aitor Torvisco4 min lecturaHay muchos chistes en el acervo popular que apuntan con ironía al colmo de determinados profesionales, como 'perder un tren por los pelos' en el caso del barbero; 'que su mujer se llame Tecla y la toque otro', para un pianista; 'que siempre lo dejen plantado', en el del jardinero... y así se podrían seguir encadenando los chascarrillos hasta casi el infinito, con más o menos hilaridad en función del gusto de cada uno. Sin embargo, el colmo de Gabriel Paulista no tiene ni pizca de gracia. Ni la más mínima. Y eso no es opinión, es una certeza y una evidencia unánime. El balance de su paso por el Atlético de Madrid ha sido peor que un chiste malo.
El central hispano-brasileño llegó al Atlético en el pasado mercado de enero tras rescindir con un Valencia CF en el que lo jugaba todo pero que le echó para evitar su renovación automática; firmó sólo seis meses de contrato con los colchoneros sin aparentes opciones de quedarse pero con la promesa de jugar; el 'Cholo' Simeone sólo le ha dado cinco partidos en casi cinco meses y el quinto fue el de este pasado domingo en la bochornosa goleada ante CA Osasuna (1-4), cuando después de dos meses enteros inédito fue titular, cuajó una desastrosa actuación en su último día en el Metropolitano, fue sustituido al descanso y, encima, antes vio una amarilla con la que cumple ciclo y se perderá por sanción la última jornada de la temporada.
Gabriel Paulista no podrá jugar el último partido de LaLiga EA Sports 23/24, que enfrentará al Atlético de Madrid con la Real Sociedad en el Reale Arena de San Sebastián en la sobremesa del próximo sábado porque vio su quinta tarjeta amarilla de la temporada ante CA Osasuna. Curiosamente, las otras cuatro amonestaciones se las llevó cuando aún era jugador del Valencia y eligió su último partido como rojiblanco para cumplir ciclo antes de terminar contrato el próximo 30 de junio. El zaguero de 33 años vio la cartulina en el minuto 35 del encuentro por soltar un manotazo que impactó en el rostro del visitante Raúl García de Haro en un impulso de un salto en el que ambos pugnaban por un balón áereo cuando el marcador estaba aún con 0-1.
En la reanudación, Gabriel ni siquiera saltó al césped con el resto de sus compañeros, ya que fue sustuido en el descanso por Diego Pablo Simeone para darle entrada a Álvaro Morata, autor del momentáneo 1-2. Desde luego, su etapa no será especialmente recordada por la fiel parroquia del Cívitas Metropolitano, que también se despidió anoche de jugadores como Stefan Savic o Mario Hermoso, además de decir adiós al 'Profe' Ortega tras 11 cursos como preparador físico. Además del cúmulo de despedidas aseguradas, Saúl Ñíguez, Memphis Depay, Thomas Lemar o el propio Morata son otros jugadores del Atleti cuyo futuro para la próxima campaña está bastante en el aire.
