El Atlético de Madrid busca dar un paso hacia delante en la temporada que está por venir. El cuadro rojiblanco, que necesita dejar atrás los altibajos que ha vivido en el curso que ha finalizado hace semanas, busca reforzar a la plantilla que dirige Diego Pablo Simeone. Eso sí, estos no serán los únicos cambios que ha vivido en los últimos tiempos la entidad del Metropolitano. El 1 de julio, de forma oficial, el conjunto de la capital ha recuperado su escudo, anterior al que ha lucido hasta ahora, el conocido como el ‘de todos’ y que se portó desde 1947 hasta el 2017. Enrique Cerezo, presidente de la entidad, ha hablado y ha analizado, entre otros aspectos, este detalle, de vital importancia para su masa social.
El presidente del Atlético de Madrid pasó por ‘100% únicos’, programa de Telecinco, y la vuelta del escudo rojiblanco fue uno de los aspectos por los que fue cuestionado. Esta ha sido una ocasión especial, ya que el club tuvo que dar marcha atrás a la decisión que tomó hace unos años, demostrando que escuchó a su afición. Tras hacer dos consultas, una de ellas no vinculante, y la otra, vinculante, que consistió en un referéndum, en la entidad se dieron cuenta de que debían volver a lo anterior.
"No ha habido realmente cambio de escudo, era una metamorfosis de un escudo que ha sido el de siempre del Atlético de Madrid. Los tiempos cambian y pensábamos que lo mejor era hacer esto. De una forma democrática se pidió la opinión de todos los socios y dijeron que preferían el escudo antiguo", comentaba Cerezo.
Uno de los dirigentes más longevos de LaLiga, Cerezo también fue cuestionado por la rivalidad que existe entre los dos cuadros más potentes de la capital. Una de las preguntas más llamativas y relevantes estuvo directamente relacionada con si, en algún momento, estaría dispuesto a ser el máximo mandatario de la entidad de Concha Espina. Su respuesta no dejará a nadie indiferente. "Por convicción no lo puedo aceptar. Yo soy del Atleti y dicen que del Atleti se nace y se muere. Entonces, muerto no creo que ya me apetezca ser presidente del Real Madrid".
"La última vez que vi a Jesús Gil fue en la clínica el día que había muerto. Llegaron los servicios funerarios, le pusieron en el ataúd y tres personas bajamos con el ataúd a un sitio donde lo cerraron con llave y lo abrimos al día siguiente las mismas tres personas para el entierro. Si Jesús Gil estuviera vivo, ya hubiera dado señales de vida a los cinco días de haber estado en la isla”.