En San Mamés no ganan para sustos. Todo era felicidad en el encuentro de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey, con victoria momentánea por 2-0 del Athletic sobre el Atlético de Madrid. Pero tras el descanso, la hinchada bilbaína contuvo la respiración por un nuevo percance sufrido por un aficionado en la grada, el segundo en el partido y el tercero en dos semanas.
En el minuto 35, con 1-0 en el marcador a favor de los ‘leones’, Martínez Munuera detenía el encuentro por un aviso que alertaba de un problema médico en la grada. No se tardó demasiado, sin embargo, en atender al seguidor en cuestión, apenas un par de minutos, para alivio del personal.
Más tensa fue la espera, en cambio, tras el paso por vestuarios. Con los jugadores de ambos equipos ya sobre el campo y todo preparado para reanudar el choque, el colegiado valenciano charlaba con los capitanes sobre el círculo central y les indicaba que no podía echar a rodar el balón por otro incidente registrado en la grada, lo que llevó a los futbolistas a realizar ejercicios de calentamiento entre la inquietud generalizada.
En esta ocasión, fue más tiempo el que hubo que esperar hasta que, felizmente, el aficionado fue evacuado en camilla, después de ser atendido durante varios minutos por las asistencias médicas. Todo ello, con el resto de la hinchada bilbaína muy pendiente y preocupada por la situación, reprochando los cánticos que en ese momento se escuchaban desde la zona donde estaban los seguidores colchoneros.
Por suerte, a la espera de noticias más concretas sobre el estado de salud de los dos espectadores, todo quedó en un susto. Según informaron en la retransmisión de Movistar, en el segundo de los casos se debió a una parada cardiorrespiratoria ocasionada por un atragantamiento, de la que el aficionado en cuestión pudo ser reanimado por fortuna. Poco después, a través de la megafonía, el propio Athletic aclaró que ya se encontraba estable tras ser estabilizado y trasladado al hospital.
Sin duda, se trata de algo poco habitual que, extrañamente, ya ocurrió el pasado 19 de febrero en el partido liguero ante el Girona. Aquel día, el encuentro se vio interrumpido en la segunda mitad durante cuatro minutos por la indisposición de un seguidor que sufrió un síncope y tuvo que ser igualmente atendido por los servicios médicos. Esto provocó que Iñaki Williams, afectado, rezara sobre el césped por la recuperación del hincha rojiblanco, que posteriormente fue incluso invitado a un entrenamiento.