Considerado una de las grandes perlas de Lezama por su proyección, la situación de Adu Ares empieza a preocupar, en cierto modo, en San Mamés por la ausencia de continuidad a las órdenes de Ernesto Valverde con el riesgo de que se estanque una evolución en la que había depositadas muchas esperanzas.
De hecho, se le llegó a considerar como el relevo natural de Nico Williams en el caso de que no hubiese renovado y, por ende, abandonado en verano el club de Ibaigane. Una confianza que se reflejó, primero, en la renovación firmada en diciembre de 2023 hasta el 30 de junio de 2027 y después con la entrega de dorsal del primer equipo el pasado 1 de febrero, ocupando el lugar de Peru Nolaskaian, que rescindió en el mercado invernal y se marchó al Eibar.
Estos pasos no se han visto reflejados en protagonismo sobre el césped, más allá de la Copa del Rey, donde sí ha disputado 225 minutos y marcado dos goles, y la ausencia de Iñaki Williams por la Copa de África, periodo en el que participó en seis partidos seguidos, uno de ellos como titular ante el Cádiz en la jornada 22.
A partir de ahí, regresó a su rol habitual de disputar minutos residuales, hasta el punto de que en los últimos cinco encuentros ligueros solo ha pisado césped durante 16 minutos ante el Barcelona, quedándose en el banquillo en el resto de ellos.
A este segundo plano, se suma que su horizonte de cara a la próxima temporada no se presenta más halagüeño por la elevada competencia en su costado, pues, al margen de Nico Williams, habitualmente titular por la zurda, el Athletic ha cerrado el fichaje de su primo, Álvaro Djaló, otro puñal por su zona, sin olvidar que Álex Berenguer también podría quedarse a pesar de que todavía no ha renovado su contrato y cuenta con interés de equipos como el Sevilla.
Ante esta situación, en la planta noble de San Mamás ya estudian una solución para la próxima temporada que satisfaga a todas las partes y que, en lo posible, no incluya deshacerse definitivamente del bilbaíno, tanto en cuanto se confía mucho en sus cualidades. Por ello, sin descartar por completo que se quedase ya dependiendo de las movimientos que haya en la plantilla, una cesión del extremo de 22 años se vería con buenos ojos.
Menos probable se antoja una venta al margen de que en los últimos meses su valor de mercado, según Transfermarkt, haya subido de 500.000 euros a un millón.