El Athletic Club de Bilbao está ante una oportunidad inmejorable de volver a levantar un título, la Copa del Rey, cuya final disputará ante el Mallorca el próximo sábado 6 de abril, después de eliminar al Atlético de Madrid en semifinales y al Barça en cuartos de final,. Es la tercera final rojiblanca del torneo del KO en los últimos años, ya que en 2020 y 2021 llegaron al partido por el título, pero en cuestión de semanas (la de 2020 se jugó un año después por la pandemia) vieron como volaron por partida doble sus opciones de ser campeones.
En La Cartuja son muy favoritos para que ahora sí, recuperen un cetro que no tocan desde hace ya casi cuarenta años. En la ciudad vizcaína no se fían, porque ya han visto como se le escurría la victoria entre los dedos muchas veces desde aquel 1984, pero por si acaso, ya están planeando la posible celebración, que significaría la vuelta de la 'Gabarra' a la ría de Bilbao mucho años después. Pese a la superstición que sobrevuela a la embarcación, la posibilidad patente de que haya que usarla obliga a que haya que estar preparados y las autoridades de la ciudad ya se han puesto manos a la obra para que si se da el caso, todo salga a pedir de boca.
Según publica el diario Marca, ya se han producido reuniones entre el Athletic Club y Autoridad Portuaria de Bilbao en las que estuvieron presentes todos los actores necesarios (sanitarios, autoridades, etc) para que se lleve a cabo.Todo se aclarará de forma definitiva el próximo martes 12, pero ya se sabe que si el Athletic gana la Copa el festejo tendrá lugar el jueves 11 de abril, aunque todavía no está definido el recorrido, lo que si sabe es que habrá muchos barcos acompañando a los protagonistas, aunque con un límite. Al igual que en los 80, habrá traineras vizcaínas al lado de la gabarra.
Al tratarse de un barco muy antiguo (aunque se conserve en muy buen estado), también estará limitado el número de ocupantes del mismo. Como máximo habrá 35 personas encima, lo que permitiría a jugadores y cuerpo técnico subirse, pero dejaría fuera a algunos asistentes y directivos, que tendrían que ir en otro barco que navegara junto al principal.