A sus 34 años Mikel San José, vive alejado del fútbol después de colgar las botas en 2022. Durante once temporadas defendió los colores del Athletic Club y vivió momentos que guarda en la retina como un tesoro, como el hecho de ser el autor del primer gol rojiblanco en la historia del Nuevo San Mamés o aquel recordado tanto desde el centro del campo en la ida de la Supercopa de España ante el Barcelona en 2015.
En total, el navarro disputó 397 partidos con la elástica bilbaína, cuya cantera abandonó muy joven para probar fortuna en la del Liverpool, regresando en 2009 para permanecer en el club de su vida hasta 2020. Ahí inició un corto peregrinar que le llevó de nuevo a Inglaterra, esta vez a las filas del Birmingham, y tuvo una última parada en el Amorebieta, en LaLiga Hypermotion.
Desde entonces, el que fuese también central de la selección española trata de llevar el día a día de “alguien normal”, como él mismo ha contado en una entrevista en Deia. “Voy a la ikastola con los txikis, llevo a entrenar a fútbol a uno, a balonmano a otra y sigo muy pendiente del Athletic, del Amorebieta y también del Birminghan, donde jugué un año y fue otro paso muy importante para mí”, ha asegurado.
Pero lo que muchos desconocían son los motivos reales que le llevaron a tomar la decisión de colgar las botas con 33 años, después de jugar 28 encuentros en su última campaña en activo. De hecho, su idea era seguir alguna campaña más en activo, pero Mikel San José ha reconocido que fue una “lesión” la que precipitó su adiós, aunque no se trata de una dolencia habitual en un futbolista.
“Tengo varias hernias en el cuello que imposibilitan la práctica del fútbol. Tenía ganas y ánimo para continuar jugando, pero hay cosas que están por encima y no se pueden controlar y tuve tiempo para hacerme a la idea. No quedó otra y di el paso convencido”, ha explicado al respecto.
Sea como fuere, el ex del Athletic echa la vista atrás y prefiere quedarse con los muchos y buenos momentos vividos. “Estoy contento y orgulloso de la trayectoria que he tenido y de todos mis años en el Athletic desde los dieciséis años que entré en el club. Orgulloso de todos los entrenadores que he tenido, de los compañeros con los que compartí vestuario y de toda la gente que nos ha cuidado desde todos los departamentos que hacen funcionar al club. Siempre digo que uno cuando es niño no puede llegar a imaginar lo que yo he conseguido y estoy muy contento por ello”, sentenció.