Alvaro Arenillas5 min lecturaCómo puede cambiar el presente (y futuro) de un futbolista en cuestión de horas. Nico Williams saltó el martes a San Mamés como ídolo de su afición, la cual lleva meses esperando con ansia escuchar el anuncio oficial de su renovación. Sin embargo, 120 minutos en los que el joven atacante estuvo desacertado –'provocando' así la eliminación del Athletic Club en semifinales de la Copa del Rey contra CA Osasuna– ha desencadenado una serie de acontecimientos que hacen que a día de hoy su salida esté bastante más cerca.
Acabando contrato en verano de 2024, las prisas por cerrar su extensión de contrato son tan obvias como lógicas. Si en Bilbao no consiguen que estampe su firma antes del próximo mercado de traspasos, perderían fuerza a la hora de negociar con cualquier interesado –hay muchos– y se acercarían de igual a modo a perderlo en unos meses a cambio de nada. Por supuesto quieren evitar que eso ocurra, pero no a cualquier precio.
Desde hace tiempo –prácticamente siempre– en las oficinas de Lezama optan por firmar enormes renovaciones a sus mejores chicos, algo que no descartan seguir haciendo, pero para lo que sí quieren estar plenamente seguros –la economía aprieta–.
Uno de esos casos en los que se sienten 'ahogados' es el de Iñaki Williams, quien ha hecho un solo gol desde octubre, cobra 7 millones de euros y tiene contrato hasta 2028... Con Oihan Sancet han repetido fórmula y le han firmado hasta 2032. Con Nico quieren hacer lo mismo, pero necesitan sopesar bien hasta qué punto pueden permitirse ir con todo pese a que su progresión ha sido espectacular hasta el momento con el Mundial de Qatar por el camino.
Por ahora solo hemos hablado del Athletic, pero... ¿qué piensa Nico? Hasta el momento parecía destinado a quedarse aunque su hermano Iñaki comentase hace tiempo que no tenía tomada decisión alguna.
“Cuando a mí me han exigido y me han presionado... mi hermano sabe por los tragos que me ha tocado pasar. Las cosas hay que hacerlas con cabeza. El que va a tomar la decisión es él. Le vamos a apoyar con lo que decida. No soy quién para decir qué va a pasar. Está muy feliz en Bilbao y con el Athletic. Tiene aquí a sus amigos", expresaba el mayor de los Williams a Onda Vasca.
Si en aquel momento, con viento a favor, ya había dudas en Nico; ahora, tras sentirse 'rechazado' por su propia afición –ese a la que podría estar ligado durante muchos años–, estas han crecido. Y no hablamos de unos pitos en la grada, sino de una lluvia de insultos tras caer eliminado contra Osasuna que le ha obligado incluso a cerrar sus redes sociales.
Esta es otra de las razones que empujan con fuerza hacia la puerta de salida. A sus 20 años Nico es el objetivo de los mejores clubes de Europa, los cuales, como es caso del Liverpool, estarían dispuestos a poner sobre la mesa los 50 millones de su cláusula de rescisión; informa el diario Sport.
Llegados a este punto, se cruzan dos asuntos (intereses) que pueden ir en la misma dirección. El primero es que el Athletic necesita ingresar dinero. En octubre de 2022 el director general la entidad rojiblanca, Jon Berasategi, explicó así la situación económica del club. "En las tres últimas temporadas, la reducción entre patrimonio neto y provisiones es de 110 millones de euros. Es cierto que el club ha perdido 50 millones por la pandemia, pero el desequilibrio entre pérdidas y ganancias es muy grande y requiere acciones urgentes".
¿Ha llegado entonces la hora de una gran venta? Sancet, la otra pieza señalada para hacer caja, ya ha renovado, por lo que solo queda Nico, quien además podría ver con buenos un suculento contrato en la Premier League. Como decíamos, hay razones e intereses comunes que pueden hacer realidad la salida de Nico Williams más pronto que tarde.