Desde que Jon Uriarte y su junta directiva llegaron a la presidencia, el Athletic ha puesto en marcha una agresiva política de captación de jugadores. Los actuales dirigentes tienen claro que si quieren que el club se mantenga en la élite del fútbol nacional no deben andarse con miramientos a la hora de fichar.
Ernesto Valverde ha dejado claro en varias ocasiones que quiere jugadores contrastados para el primer equipo. La filosofía del Athletic (contar únicamente en la plantilla con futbolistas nacidos o formados en Euskadi y Navarra) y la irrupción de grandes magnates en el mundo del fútbol hacen cada que esta opción sea vez más difícil. Ahí están los casos de David García y Jorge Herrando, que cuentan con cláusulas de rescisión que son inalcanzables para la economía del Athletic.
Por eso, Jon Uriarte ha apostado, al igual que hizo en su día Florentino Pérez en el Real Madrid, por fichar jugadores jóvenes con mucho talento y que encajen en la filosofía del club. Esto ha llevado a los responsables de la dirección deportiva, con Mikel González a la cabeza, a buscar fuera del País Vasco lo que no encuentran en casa. Una vez que dan con el jugador, se lanzan con todo a por él, lo que está generando problemas con los clubes de origen como la Real Sociedad y el Villarreal.
Las tensiones con la Real Sociedad no son algo nuevo, vienen de lejos. La discusión por el fichaje de algún jugador rival ha sido una constante en las últimas décadas. Recientemente el club donostiarra ha mostrado su malestar por la forma en la que los rojiblanco se han llevado a Ekain Azkue y Javier Martón, dos delanteros del filial con cierta proyección.
Sin embargo, el fichaje del joven de 12 años Alfredo Alogo, ha elevado la tensión entre ambos conjuntos. La directiva de la Real entiende que Alogo pertenece a un club con el que tienen un acuerdo preferencial, por lo que la injerencia del Athletic ha sentado bastante mal. Tanto es así, que los guipuzcoanos hicieron jugar al chaval con el equipo infantil para intentar convencer a la familia de quedarse en San Sebastián. Este movimiento no ha intimidado al Athletic, que confía en mantener el acuerdo alcanzado en febrero con el jugador.
Peor están las cosas con el Villarreal. El club de Castellón no se tomó nada bien el fichaje del lateral izquierdo Igor Oyon por el Athletic y decidió romper relaciones con los bilbaínos. Fruto de esa decisión, los dirigentes del submarino amarillo se negaron a acudir a San Mamés para ver el partido que enfrentó a ambos conjuntos el 14 de abril.
No son los únicos casos. El Athletic ha fichado recientemente a otros jugadores que no pertenecen a clubes que están dentro de los convenios de colaboración del club bilbaíno. Es el caso de Boiro y Quintero (Osasuna) y de Gift (Liverpool). En todos estos fichajes la directiva rojiblanca ha tenido problemas con el equipo propietario del jugador salvo en el de Gift.
El Athletic no para y ya se ha marcado su próximo objetivo. Se trata de Goudani, un centrocampista de nacionalidad hispano-marroquí que juega en el Bobigny. El club francés no ha puesto ningún problema para que el joven entrene en Lezama. Sus números (17 goles y 12 asistencias en la máxima categoría juvenil gala) han llamado la atención de otros equipos como el Barcelona, PSG, Ajax, Feyenoord y Andrelecht.
El futbolista estuvo viviendo en Bilbao antes de que su familia se trasladase a Francia, lo que podría ayudar al Athletic para cerrar la operación antes de que algún gigante del fútbol europeo se adelante.