Villalibre se deja querer

El 'Búfalo' volvió a la que fuera su casa la temporada pasada donde consiguió el ascenso a Primera división

Villalibre se deja querer
Asier Villalibre tras marcar un gol con la camiseta del Athletic Club - UES
Luisma SánchezLuisma Sánchez 3 min lectura

La victoria del Athletic Club en el día de ayer fue más que especial para uno de sus jugadores. Asier Villalibre, después de tener un verano algo movido donde estuvo a punto de salir de San Mamés, volvió a la que fue su casa la temporada pasada. Héroe del ascenso del Deportivo Alavés, la afición babazorra recibió por todo lo alto al delantero rojiblanco a pesar de la derrota del equipo en Mendizorroza.

La animación fue desigual en Mendizorroza el día de ayer, al menos durante la mayor parte del partido. Los aficionados locales se quedaron fríos con el primer gol del equipo visitante y a medida que avanzaba el partido, también se enfriaban sus ánimos. Solo cuando Villalibre entró en la segunda mitad, el público vitoriano estalló en aplausos. Su equipo no le dio muchas razones para que el bullicio habitual se hiciera presente. La vuelta del delantero gernikarra fue recibida con aplausos por aquellos que fueron sus fieles seguidores durante media temporada, cuando pisó el césped por primera vez.

Pero su momento más destacado llegó en el minuto 71, cuando reemplazó a Guruzeta. En ese momento, Mendizorroza se puso de pie para ovacionar al héroe de Valencia, quien les había dado el ascenso al Alavés con un penalti en el último suspiro hace poco más de tres meses. Al final del partido, Villalibre devolvió ese afecto con aplausos y se acercó al fondo del polideportivo para entregar su camiseta a un seguidor, mientras que los aficionados locales volvían a aplaudirlo efusivamente. Fue el protagonista que logró sacar a los seguidores del Deportivo Alavés de su aburrimiento en algunos momentos. El ambiente y la emoción tuvieron más momentos destacados fuera del campo que durante los noventa minutos.

Sin embargo, los colores azul, rojo y blanco se mezclaron en las gradas de Mendizorroza durante todo el derbi. Unos 1.500 seguidores viajaron desde Bilbao para apoyar a su equipo y disfrutaron mucho con el juego que ofrecieron los de Valverde en la primera mitad. Hubo éxtasis con el gol de Iñaki Williams y se vieron bufandas rojiblancas en varias partes del estadio vitoriano, mientras que los seguidores del Alavés, de manera más tímida, intentaban animar a su equipo al grito de 'Alavés, Alavés'.

El héroe del ascenso se hizo notar, aunque no consiguió anotar ningún gol. Aun así, Asier Villalibre agradeció a toda la afición del Glorioso por las muestras de cariño. A pesar de ser un derbi vasco, se vivió mucho respeto por parte de ambas aficiones.