La llegada de Giuliano Simeone al Deportivo Alavés el pasado verano levantó unas grandes expectativas en Mendizorroza. Tras su buena campaña pasada en Segunda división, donde hizo 9 goles con la camiseta del Zaragoza, el hijo menor de Diego Simeone desembarcaba en el club vitoriano cedido por el Atlético de Madrid, afrontando su primera experiencia en la elite con sólo 20 años.
Sin embargo, todo se torció en un amistoso en pretemporada ante el Burgos. El joven talento argentino sufrió una dura entrada por detrás del andaluz Matos que le produjo una fractura de peroné y una luxación de tobillo que le obligaron a pasar por el quirófano. El resultado: entre cuatro y cinco meses de baja como mínimo, si bien podría perderse toda la temporada. Sin duda, un importante jarro de agua fría tanto para el jugador como para la entidad alavesa.
Pese a tratarse de un amistoso, el Alavés solicitó la actuación de oficio por parte de la Federación, mientras que el Burgos para mostrar "su más enérgica repulsa y condena a los mensajes proferidos” contra Matos, insultado en las redes sociales por esta acción que sigue dando que hablar.
Con las aguas más calmadas, ha sido el propio futbolista del conjunto burgalés, ex canterano del Sevilla FC, el que ha se ha referido a la comentada acción, que llegaba en los minutos finales de un encuentro que fue incluso suspendido a raíz de la lesión del atacante babazorro. Tras disculparse en su día públicamente a través de las redes sociales, ahora ha concedido una entrevista a Relevo en la que defiende que en ningún momento fue con intención de lesionar a Giuliano Simeone.
“Fue un accidente, por desgracia me tocó a mí, pero le puede pasar a cualquiera. El fútbol es un deporte de contacto. Fue un momento muy, muy desagradable. No supe cómo reaccionar. Tengo mi móvil ahí, le escribí un mensaje. Entiendo que, por su parte, no recibiese ninguna respuesta. Entiendo la frustración que debe de tener”, señaló el lateral zurdo, desmintiendo de ese modo las palabras de Víctor Laguardia, quien le recriminó que no hubiese llamado a escrito al jugador alavesista.
“Ni fue intencionado, como ha dicho mucha gente, ni soy un asesino, porque no he matado a nadie... y he recibido muchas amenazas. Es un lance del juego en el que, por desgracia, me tocó a mí la parte desagradable, como cuando jugaba en Holanda y me rompí el cruzado. Son momentos que nadie desea que pasen. Por desgracia, le pueden ocurrir a cualquiera", sentenció, no sin desearle "lo mejor" al argentino, que en su opinión “tiene un futuro precioso por delante”.
Además, Matos desveló que hoy día aún sigue recibiendo amenazas por las redes sociales, donde le han tachado de “criminal” o “carnicero”. "A mí, por suerte, no me ofende ni me preocupa lo que digan, pero para nadie es plato de buen gusto recibir todo tipo de comentarios. Ya no por mí, sino por mi familia, por mi niña… Ellos son los que más sufren, sabiendo que en ningún momento lo que pasó fue intencionado, sino una desgracia", zanjó.