Después de un mercado de fichajes muy complicado, en el que el acuerdo no terminaba de cerrarse, Jon Karrikaburu salió in extremis de la Real Sociedad en una operación que se puede entender como un tanto precipitada. El conjunto txuri-urdin veía cómo el tiempo se le agotaba y el mapa no era sencillo: se buscaba una cesión, pero con la que el futbolista pudiera explotar y luego regresara con mucho más rodaje. En esas estaban y con una lista de pretendientes muy grande en Segunda división. El problema aquí era que no sólo se buscaba minutos, sino que estos fueran presumiblemente en Primera división. La puja era alta, pero lo pretendido no era sencillo para darle salida.
En esas, apareció el Deportivo Alavés, el recién ascendido. Se buscaba un equipo en el que pudiera curtirse en Primera división y el conjunto babazorro podría ser una buena opción. Al final y sobre la bocina, la operación se fraguó. Pero hay alguien que no estaba del todo convencido: Imanol Alguacil. El técnico de la Real Sociedad no estaba seguro de que las pretensiones se cumplieran y así lo expresó cuando habló sobre la operación: "Lo que necesita es jugar y demostrar. Si él o sus representantes tienen otras pretensiones por nivel de equipo y va a tener menos minutos o protagonismo, entiendo que esa cesión no sirve de mucho", señaló a los medios de comunicación a principios de septiembre.
Cierto es que el joven futbolista tenía una competencia demasiado grande como para permanecer en la Real Sociedad. Lo inteligente era lo que se buscaba, que pudiera jugar, tener minutos. Que nos se cortara su buena proyección. Las intenciones de darse salida en calidad de cedido eran buenas, ante los cuatro arietes que ya tenía Imanol Alguacil (siendo tres de los mencionados internacionales). Ahora que ha pasado un mes... las palabras del técnico de la Real Sociedad son de máxima actualidad porque de momento no parece que estuviera equivocando. El futbolista vive un momento en el que sí, está en Primera, pero no goza de los minutos que podría haber tenido en Segunda. Era un riesgo, un arma de doble filo.
La temporada aún es muy larga, por lo que puede ser pronto para hablar al respecto. De la noche a la mañana, incluso, pueden pasar muchas cosas. No obstante, con un mes en Primera división y en el Deportivo Alavés, las oportunidades en nueve partidos han sido irrisorias. Acumula 14 minutos, y ellos en dos partidos, partiendo desde el banquillo al final del todo. Jugó siete minutos contra el Rayo en un duelo que se saldó 2-0. Y luego, otros siete minutos contra Osasuna (0-2). Migajas con las que apenas puede ya no sólo explotar, sino demostrar.
El futbolista tenía clara la idea de jugar en Primera división y la opción del Alavés era un plato que podía deleitar. Una cesión por dos temporadas, aunque se firmara sólo una. Además, había letra pequeña: el conjunto babazorro se guarda una opción de compra de 10 millones por el atacante. Y la Real Sociedad, a su vez, tiene una opción de recompra (10 millones más los gastos que se generen durante su cesión). De momento, la competencia no está siendo favorable para Karrikaburu, que no deberá desaprovechar las oportunidades si quiere seguir explotando y, en algún momento, regresar a la Real Sociedad.