Nueva oportunidad para el Deportivo Alavés de buscar la victoria, algo que no encuentra desde el pasado 1 de noviembre, cuando le ganó al Real Mallorca gracias al solitario tanto de Jon Guridi. En esta ocasión, la cita cuenta con un aliciente especial, y es que el nuevo entrenador de los babazorros, Eduardo el Chacho Coudet, dirigirá un encuentro por primera vez en la que es ahora su casa deportiva, Mendizorroza.
El entrenador argentino llegó el pasado 2 de diciembre a la ciudad de Vitoria con la tarea de reemplazar a Luis garcía Plaza, una figura querida por aquellos lares pero que los malos resultados han impedido que el técnico de Madrid continuara al frente de las operaciones. El estreno de Coudet fue un jarro de agua fría, pues en el primer encuentro que vivió en el banquillo de los albiazules fue la eliminación de Copa del Rey frente al Deportiva Minera, conjunto que milita en la Segunda RFEF.
Tras ello, le tocó visitar El Sadar, donde sí logró competir contra Osasuna y cosechar un punto, gracias al empate a dos, con los dos tantos de Kike García. Ahora, en su estreno en casa, le toca un hueso muy duro de roer: el Athletic Club de Bilbao. Los bilbaínos llegan en una buena dinámica tanto en la competición doméstica como en la europea, donde lidera la clasificación de UEFA Europa League. En liga son cuartos y no pierden desde el 6 de octubre, cuando el Girona le endosó un 2-1 en Montilivi. Le resto han sido todo victorias, incluyedo la conseguida frente al Real Madrid, y empates.
Coudet necesita levantar a los babazorros para tratar de alejarlos de esa 16ª plaza que ocupan al inicio de la jornada 17. Solo tienen dos puntos por encima del descenso, por lo que otro traspiés, sumado a la victoria del Espanyol, podría suponer la caída al descenso de los vitorianos. Si pierden, todavía cuentan con una posibilidad de no caer al descenso, y el que pierda también el Leganés, que juega contra el Barcelona.
Al mando de la nave alavesa, El Chacho Coudet afronta su segundo reto en tierras españolas. En 2020, llegó a Vigo para hacerse cargo del Celta. Durante tres campañas el argentino permaneció allí y se pudo ver a un equipo reconocible, con un estilo muy marcado en el que primaba el buen trato de balón, y el cual le permitió rozar la clasificación europea. El reto del Alavés se antoja complicado, pero realmente su andadura acaba de empezar y habrá que esperar para ver su mano en el equipo. Además, a la vuelta de la esquina está el mercado invernal, y habrá que ver cómo se mueve el Alavés para adecuar el equipo a las pretensiones del argentino.