La 'perla' coriana que ya monitorizan varias de las mejores canteras

La 'perla' coriana que ya monitorizan varias de las mejores canteras
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 3 min lectura
Se llama Ángel Fernández y tiene 17 recién cumplidos. Es, por tanto, de segundo año juvenil. Y lleva tiempo siendo una de las 'perlas' más rutilantes de la cantera del Coria C.F., club de solera incuestionable y de una enorme tradición a la hora de formar futbolistas de elite. Este fino mediocampista parece que será uno de los siguientes, a tenor de su rendimiento como amarillo y de la repercusión que está teniendo. Lleva desde benjamín en los escalafones inferiores ribereños, exceptuando su estreno como infantil en el Sevilla F.C. Esa experiencia puntual no le mermó, sino más bien lo contrario: ha continuado con una progresión meteórica.

Con el '10' a la espalda y el brazalete de capitán, Ángel (27-05-2004) promedia unos 8-10 goles por temporada y se mueve por toda la parcela ancha, en labores de contención y creativas, pero también acostado en alguna de las bandas si es menester. Todo al servicio del equipo, que gana su capacidad de trabajo, su visión periférica, su clase y su competitividad. Aunque en la 20/21 militó en Segunda Juvenil a las órdenes de Mario Sales, el División de Honor Juvenil de un Antonio Mayo que, como su cuerpo técnico, repetirá en la elite tras el ascenso será su nuevo destino. El otrora artillero del Puebla quiere contar con el 'cerebro', si bien el míster del sénior, Puma, ya ha ofrecido indicios de que dará el salto más pronto que tarde, pues, más que llamar, aporrea su puerta.

Con la mente en estos momentos en el Coria, Fernández empieza a aparecer en las agendas de ojeadores de renombre, de ésos que trabajan para las principales canteras andaluzas. Ya le han visto jugar en varias ocasiones, y el caso es que gusta y mucho allende las fronteras ribereñas. El trabajo genera una recompensa, aunque el joven mediocampista se centra únicamente en arrancar la nueva campaña al mismo o mejor nivel para seguir encandilando a propios y extraños. Lo que le depare el futuro está por ver, aunque, como poco, ya está bajo el radar de entidades ávidas de reclutar a los mejores jugadores de su provincia o limítrofes.