A pesar de que los resultados no estaban yendo como apuntaban al finalizar la primera vuelta del campeonato, este
parón por el coronavirus permite analizar y ensalzar la
gran labor defensiva que hicieron durante los meses de competición
Francisco Javier Apolinar (21) y
Antonio Mesa (23) en la primera plantilla del
Tomares.
Una
joven pareja de centrales que, junto al trabajo de los laterales y su guardameta, mantuvo al conjunto tomareño como
uno de los conjuntos menos goleados de la categoría y en la zona noble de la tabla durante las primeras diecisiete jornadas.
"
El arranque no fue sencillo, con sólo una victoria (ante el Guadalcacín) en los primeros cinco partidos. Ahí
todavía no había llegado Mesa y yo estaba mermado por una
lesión que sufrí en pretemporada. Pero fue un proceso importante para todos, de adaptación a la categoría. Entendimos cómo funciona la División de Honor, fuimos adquiriendo experiencia y siendo más prácticos cuando debíamos serlo", apunta
Javi.
Cinco victorias en los siguientes cinco encuentros
catapultaron a los amarillos desde el descenso hasta los puestos de ascenso, siguiendo la estela del intratable líder
Castilleja. Periodo en el cual el eje de la zaga cada vez se apuntalaba más (ambos acumulan 20 partidos como titulares) con victorias de renombre (
Chiclana o Cabecense), encajando pocos goles y recibiendo escasas ocasiones de gol.
"La compenetración entre ambos, sumando la temporada pasada, ha ido creciendo. Cada uno con sus cualidades,
nos comunicamos mucho. Yo puede que me exceda a veces", declara
Mesa en un tono jocoso. Y es que es una de las claves de su rendimiento, la consonancia en el centro de la defensa, aportando
Javi algo más de físico y contundencia, y
Mesa técnica y salida de balón, sin rehuir del contacto.
Sin embargo, la
segunda vuelta no cuajó en cuanto a resultados. La
derrota en el derbi trajo consigo una dinámica negativa que hizo caer al Tomares hasta la séptima plaza, posición en la que acabó finalmente, con 36 puntos (se quedó a nueve del ascenso que marcaba La Palma).
"Es una pena porque nosotros seguimos trabajando bien, Nacho Molina siempre nos exigió el máximo, pero la mala racha nos hacía pinchar cuando antes no lo hacíamos", comentan ambos.
"
Lo justo habría sido jugar la liga y acabarla, pero por la salud, que es lo más importante, no se ha podido. Sólo queda seguir manteniendo la forma para la temporada que viene", concluyen la pareja de zagueros del Tomarés, una dupla con mucho presente y con un
futuro ilusionante por delante.