El destino depara otra oportunidad a Castilleja, Rociera y Coria

El destino depara otra oportunidad a Castilleja, Rociera y Coria
Pablo Galán, entrenador del Castilleja; Cristóbal Borrego, técnico de la Rociera; Mayo, míster del Coria. - Fran Delgado
Fran DelgadoFran Delgado8 min lectura
El pasado 9 de marzo, el Castilleja se despertó a cuatro puntos de la permanencia en el Grupo IV de la División de Honor Juvenil. En el Grupo XIV de Liga Nacional, el Coria y la Rociera se encontraban a dos y una unidad, respectivamente, de la salvación. Con todos en descenso y pensando en revertir la situación en el tramo final de la temporada, ambas competiciones se paralizaron dos días más tarde. En aquel momento, no eran conscientes de que la suspensión iba a ser definitiva. Ni muchos menos de que la Real Federación Española de Fútbol iba a suprimir los descensos dos meses después.

El Castilleja volverá a competir el curso que viene en División de Honor, al tiempo que el Coria y la Rociera regresarán a los campos de Liga Nacional. "Evidentemente, nos viene bien porque significa asegurar el curso que viene una competición extraordinaria. Estamos contentos pero tampoco hay que festejarlo porque está provocado por una tragedia. No tiene sentido celebrar en la situación en la que nos encontramos", explica Pablo Galán, técnico del equipo alixeño. Su 'colega' Cristóbal Borrego, míster nazareno, también refleja una alegría muy moderada: "Estoy contento porque, entre comillas, hemos conseguido el objetivo. Pero personalmente, me hubiese gustado terminar la liga en el campo aunque hubiésemos descendido. Me enfrentaba a todos los equipos que estaban peleando por descender; es decir, estaba en nuestra mano salvarnos". Por su parte, Mayo, entrenador del conjunto ribereño, reflexiona sobre la decisión de la RFEF. "Es lo más correcto ahora mismo, pero es cierto que nos ha cogido con el pie cambiado. Está bien que asciendan los que deben y que no haya descensos para que no se haga mucho daño porque todavía quedaban siete partidos y estaba la liga muy competida: ocho equipos peleando por el descenso. Lo más justo para todos era que no descendiera nadie".

Con este argumento no está de acuerdo su rival de la Rociera. "La medida no la veo lógica. Si hay ascensos, debería haber descensos. Y seríamos uno de los perjudicados. No lo veo lógico. Soy partidario de que un equipo se gana en el campo lo que se merece. Con más del 70 % de la liga, la hubiese terminado tal y como está", asegura Borrego, con quien no coincide el míster del Castilleja: "Justa no me parece, en el sentido de que una medida justa sería poder terminar la competición en el campo. Pero, sabiendo que la situación es extraordinaria y en el camino hay que dejar los menos descontentos posibles, es la menos dañina. Entonces, lo veo bien. No se puede dañar a un conjunto que podía descender pero aún tenía muchas opciones de quedarse".

Después de cuatro ascensos consecutivos de la mano de Pablo Galán, el Castilleja afrontaba el reto más complicado: competir en División de Honor, la máxima categoría nacional en juveniles. "Estoy bastante contento con la temporada. Lo estoy porque hemos competido en la gran mayoría de partidos, incluso ante filiales. Nosotros hemos merecido mucho más de lo que hemos conseguido, los puntos que merecíamos, en muchas ocasiones, los hemos perdido. Estoy contento con los merecimientos pero no con lo conseguido", considera el alixeño, que cree que su equipo ha pagado la novatada: "Hemos pecado de novatos: no conoces a los rivales, la competición, la dureza, la condición física que hay que tener, las características del calendario... División de Honor es otra historia. Ese desconocimiento influye mucho". A un desafío similar se ha enfrentado la Rociera, que, después de tres promociones consecutivas, se ha estrenado en Liga Nacional con un equipo totalmente nuevo. "Ha sido una temporada difícil. Nos costó mucho trabajo hacer un equipo para competir y, después, hemos tenido que adaptarlo a la categoría y al club. El equipo ha competido y nunca ha bajado los brazos. Hemos perdido muchos partidos a última hora", asegura Borrego, quien se muestra satisfecho con el rendimiento de sus jugadores: "Nunca han dejado de esforzarse y de querer aprender. Es digno de admirar el esfuerzo de los chavales".

Mayo tomó la nave del Coria en la jornada 19, por lo que sólo ha dirigido al cuadro ribereño durante cinco jornadas. "El gran handicap del equipo ha sido que es muy joven. En esta categoría, hay que jugar con jugadores de último año. A balón parado, por ejemplo, se nota mucho la fuerza. Esa experiencia acumulada le va a venir bien al equipo de cara al curso que viene", comenta el técnico, que agrega: "Hemos jugado con la necesidad que teníamos, con angustia por lograr los resultados".

Futuro incierto

Al no haber descensos pero sí ascensos, los grupos de División de Honor y Liga Nacional de la próxima temporada contarán con más equipos. Para un club humilde como la Rociera, Cristóbal Borrego argumenta que es un problema: "La liga va a tener 18 equipos y no van a ser cuatro descensos, sino seis. El bendito problema de Sevilla es que ya tenemos a Castilleja y Nervión en División de Honor más Tomares, Coria, Rociera y, posiblemente, Antoniano en Liga Nacional. Para clubes como nosotros, que somos de barrio, es mucho más complicado hacer un equipo competitivo".

La opinión del ribereño Mayo es totalmente distinta: "18 equipos nos vendría muy bien. La Liga Nacional sería más competitiva. Podrían descender cinco un curso y cinco otro o mantener la liga con 18 conjuntos". Para finalizar, Pablo Galán se refiere al regreso. "Estamos con la misma incertidumbre que tienen todos los sectores. No sabemos ni cuándo ni cómo vamos a volver. Eso sí, en cuanto a la organización deportiva estamos preparando diferentes escenarios para la vuelta a los entrenamientos. Ahora mismo, no podríamos ni entrenar ni competir. Para que volvamos, la pandemia en España tiene que estar mucho más controlada", concluye el albiazul.



Pablo Galán (Castilleja): "Ya está apalabrado que vamos a continuar"

El técnico alixeño seguirá el curso que viene al frente del primer juvenil del Castilleja: “Ya está apalabrado que vamos a seguir. Un entrenador tiene que estar donde se siente a gusto, como en su casa y le dejan trabajar. Yo eso en Castilleja lo tengo. Me siento muy unido a la entidad, a los responsables de la directiva y a todo lo que conlleva Castilleja”.