FÚTBOL SEVILLANO

Guille Abascal: "Volver algún día a casa sería un sueño pero siempre por merecimiento"

Guille Abascal: "Volver algún día a casa sería un sueño pero siempre por merecimiento"
Guille Abascal da unas indicaciones a su jugador en su debut ante el Thun. - Fernando Ruiz
Fernando RuizFernando Ruiz 9 min lectura
A sus 28 años, el entrenador sevillano Guillermo Abascal ha cogido las riendas del Lugano, equipo de la Primera división suiza con el objetivo de salvarlo del descenso. A más de 2.000 kilómetros de distancia, atiende la llamada de ESTADIO Deportivo para contar cómo marcha su aventura en los banquillos helvéticos.
 
- ¿Cómo le va por el Lugano?
- Muy bien, aunque ahora el cambio es importante por la situación en que está el equipo, que está jugándose la permanencia después de una buena primera parte del campeonato, además de la fase de grupos en la Europa League. Pero el problema del fútbol suizo es que al haber diez equipos en la máxima categoría, la clasificación es muy corta. Aquí tres puntos te mandan a Europa o al descenso.
 
- ¿Cómo ha vivido ese paso a la Primera división suiza?
- En Chiasso estuvimos bien. Es el típico equipo trampolín de negocio; allí hemos entrenado entre 80 y 90 jugadores y al que destaca un poco lo venden rápido para hacer dinero, por lo que el equipo se desestructura. Teníamos varios jugadores cedidos por el Lugano y el presidente solía venir a vernos mucho. También es verdad que estábamos en contacto con algunos equipos primavera de Italia, la Juventus y el Genoa, porque querían meter seis equipo en la serie C. Estábamos ahí esperando, pero el Lugano perdió el partido, nos llamaron y al final se decidieron por nosotros de entre tres entrenadores posibles. Nuestro presidente es un enamorado del fútbol español, ya nos había visto jugar y había visto que los jugadores que tenían cedidos en el Chiasso habían crecido mucho, y eso ha tenido mucho que ver.
 
- En sus tres primeros partidos, un empate, una victoria y una derrota en el último suspiro...
- Sí, en el último partido tuvimos varios errores, empatamos un 3-1 y luego nos marcaron el cuarto al final... Hubiera sido un punto que nos hubiera dado mucho. Tenemos que ir sumando semana a semana porque el objetivo está ahí.
 
- La situación del Lugano es complicada, luchando por la salvación, ¿no le sorprendió que apostaran por usted antes que por un técnico más experimentado de Suiza?
- Con el Chiasso nos hemos enfrentado en amistosos a casi todos los rivales de Primera, les hemos ganado y hemos hecho buenos partidos contra ellos. Es verdad que por mi corta experiencia en el fútbol profesional me elijan para salvar a un equipo... Pero yo evidentemente confío en mi trabajo, conozco a los jugadores porque me he enfrentado antes a ellos, y estaba decidido a venir. Lo que tenía claro es que no quería venir solo para ocho partidos, si venía era para tener un proyecto.
 
- ¿Ha sido mucha la responsabilidad?
- Yo me lo tomo como un reto, con la responsabilidad necesaria, pero sin la presión negativa que pueda suponer. Es una oportunidad, tengo que demostrar más que otros porque me estoy iniciando, pero si ellos me han ofrecido este proyecto es porque confían en mi trabajo. El fútbol son resultados, ellos han visto nuestra forma de jugar y quieren que lo traslademos al Lugano. Yo sé que estoy en fase de crecimiento. El Lugano es un equipo que si nos mantenemos sería tres años consecutivos en la Serie A, que ha estado antes en la Serie B, es un equipo que tiene que crearse a sí mismo en el fútbol suizo pero con un proyecto importante.
 
- ¿Hay mucha diferencia entre el fútbol en España y en Suiza?
- Cambia muchísimo. Estamos muy cercanos a Italia, que es un fútbol más similar al español en cuanto a la forma de vivirlo y trabajarlo, pero aquí el futbolista es más frío, es más físico, hay un detalle clave y es que casi todos los estadios son de los ayuntamientos, no existe ese profesionalismo que sí encontramos en España. Lo hay, pero en mucha menor medida; el fútbol se vive de manera diferente.
 
- De hecho, ¿el fútbol no es el deporte más seguido, no?
- El Basilea es el equipo más fuerte de Suiza, y es porque no tiene equipo de hockey. Aquí en Lugano, por ejemplo, van unas 8.000 personas al hockey y al fútbol vienen unas 3.000 o 4.000. Se nota que el fútbol en algunas ciudades no tiene el mismo nivel que el hockey.
 
- Cuando se marchó al Chiasso, pudo llevarse a su cuerpo técnico, supongo que eso fue de gran ayuda...
- Yo empecé con dos personas, un preparador físico y mi segundo. Luego en noviembre me pude traer a un compañero de la facultad para análisis y trabajar la fuerza en el gimnasio. He tenido que dividir mi salario con él porque el presupuesto del Chiasso no me lo permitía. Ahora, para el año que viene, me traigo a Lugano al preparador de porteros del Chiasso, que acaba contrato allí. Tuvimos que cambiar de segundo porque se tuvo que marchar para España por problemas familiares. Hay que comprender que aquí estamos muy lejos de nuestra familia.
 
- ¿A qué categoría del fútbol español se asimila el campeonato suizo?
- Bueno, quitando los principales conjuntos, Young Boys y Basilea, que son los más fuertes y potentes y que acostumbran a jugar en Europa, suelen ser equipos de los que se alimentan mucho Francia, Italia y Alemania. El nivel del Grashopper, el Zúrich, el Lucerna o el San Galo estarían en un nivel bajo de Primera división, digamos que luchando por la permanencia, y el resto, entre los equipos punteros de Segunda división.
 
- Y en lo personal, ¿cómo está viviendo esta aventura tan lejos de Sevilla?
- Hemos tenido momentos durísimos, estamos muy lejos de casa, tampoco es que yo sea muy casero, pero han pasado cosas muy complicadas. Gracias a Dios tengo a mi hermano que es abogado y nos ha ayudado en todo. Pasan situaciones desagradables, gente que se quiere aprovechar, pero ahora hemos dado el salto y es distinto.
 
- ¿Sueña con entrenar en el fútbol profesional de España?
- Espero hacer un buen camino en Europa. Evidentemente, sueño con entrenar en España, pero me tomo esto como parte de mi crecimiento. Si entreno en España quiero que sea por merecimiento, ojalá pueda ser en Andalucía, pero son periodos. Ahora me toca aquí e intento aprender al máximo. En el fútbol nunca se sabe, volver a casa sería un sueño. Aquí creces no solo en lo futbolístico, tienes que sobrevivir y hacerte entender fuera de tu país. En el Chiasso teníamos jugadores de once idiomas... Por suerte yo me comunico en italiano, y dos de mis ayudantes manejan el inglés y el francés, por lo que ahí vamos, porque la comunicación con los futbolistas es lo más importante.