La llamada de este periódico coge a
Jorge Figueroa Vázquez descansando en su domicilio de
Sevilla. Natural del barrio de
Nervión, este director gerente de un instituto de formación profesional de la capital hispalense cumplirá la próxima temporada cinco de sus 36 años arbitrando en
Segunda división. Es el colegiado sevillano de mayor categoría, y, curiosamente, no ha pitado nunca en el campo que le pilla más cerca de casa. "Me faltan el Sánchez Pizjuán, el Nou Camp, Balaídos y Anoeta, porque en el Villamarín ya pité un amistoso", aclara.
- ¿Qué tal le fue la temporada pasada?- Acabé muy contento. Arbitré 21 partidos, la que viene será mi quinta campaña en Segunda y siguen confiando en mí para partidos importantes. A nivel personal estoy satisfecho. ¿Una nota? No soy nadie para ponerme una, sé que los resultados han sido buenos por los informes, así que estoy contento por el trabajo hecho y porque los equipos también hayan acabado contentos conmigo.
- Y la que viene, ¿cómo se presenta?- Seguiré luchando por llegar a Primera. Sé que es complicado por la competencia que hay, pero espero que el trabajo de tantos años dé sus frutos.
- Es usted el árbitro sevillano que pita en mayor categoría. ¿Qué le dice este hecho?- Satisfacción. Es una pena que hace nueve años se retirara Medina Cantalejo, así que espero ser el siguiente sevillano en Primera. Él es un referente para mí, porque aparte de ser de mi tierra, es mi amigo. Creo que es el árbitro que mejores resultados ha tenido a nivel nacional. Medina Cantalejo ha sido el mejor.
- ¿Cuál cree que es el nivel del arbitraje sevillano?- Sólo por el número de árbitros colegiados que hay en Sevilla el nivel es alto. Son alrededor de 600, y todos con la ilusión por llegar a lo más alto.
- ¿Nos da algún nombre?- No me gustaría... Hay varios compañeros con posibilidades, pero nombrar a uno sería faltar el respeto a los demás.
- ¿Cómo empezó en el mundo del arbitraje?- Con 14 años. Mi tío fue árbitro, empezó en el año 49, y también lo fueron mi padre y mi hermano. Ellos nunca me incitaron a que yo siguiera sus pasos, sino que fue iniciativa propia. Antes ya había jugado al fútbol, pero al fútbol sala. Fui campeón de Sevilla en categoría cadete con el Sanel, un equipo de las Salesianas.
- ¿Y qué recuerda de su etapa en el fútbol regional?- Ahora mismo se me viene a la mente la ilusión que se tiene al principio, esa inocencia propia de quien comienza. Esos campos de albero, coger el bus y moverme por todo el Aljarafe con 15 años... Todo eso hizo que madurara antes que otros chavales de mi edad. Y arbitré muchos partidos. Recuerdo uno en Palmete en el que le pité a mi hermano gemelo, que jugaba en el Cerro. No le amonesté, se portó bien. Además, lo sustituyeron.
- ¿Con qué sueña un árbitro?- Tras 21 años mantengo la máxima ilusión, que es llegar a Primera. El arbitraje es mi hobby y mi pasión.
- ¿Qué es lo mejor del arbitraje?- Las personas que he conocido. Los mejores amigos que tengo son gracias al fútbol.
- ¿Y lo peor?- Prefiero quedarme con las cosas buenas, aunque es verdad que el camino del árbitro es complicado y que se viven algunas decepciones.
- ¿Está usted a favor de implantar la tecnología de manera definitiva en el fútbol para mejorar el arbitraje?- Estoy a favor de todo lo que sea beneficioso para el fútbol, lo acogemos con los brazos abiertos.