El
Valencia ha conseguido la permanencia matemática en Primera División a seis jornadas del final del campeonato gracias a recuperar desde el comienzo de 2017 la competitividad que no mostró a lo largo de 2016, tanto al final de la pasada Liga como al comienzo de la actual.
La clave ha estado en la incorporación al banquillo valencianista de su actual entrenador, Salvador González
"Voro", quien se hizo cargo de la plantilla el último día de 2016 tras la dimisión del italiano Cesare Prandelli. Desde entonces, el
Valencia ha ido de menos a más, ya que cerró 2016 con doce puntos en la tabla, empatado con el Sporting de Gijón aunque con un partido menos, y ahora aventaja al conjunto asturiano en dieciocho puntos y ha superado en la tabla a Leganés, Deportivo, Málaga, Betis y Las Palmas.
Voro afirmó tras la igualada del domingo ante el
Sevilla que el equipo ha logrado su primer objetivo, la permanencia, y que como a Europa ya no pueden llegar, la meta es acabar de la mejor manera posible el campeonato de Liga. Para ello, el Valencia viajará a Málaga, recibirá a la Real Sociedad, jugará a domicilio con el
Real Madrid, se enfrentará en casa al Osasuna, visitará al Espanyol y cerrará la Liga en Mestalla contra el Villarreal.
El
"ciclo Voro" comenzó en Pamplona con un empate a tres contra Osasuna y se ha caracterizado por una línea ascendente y una creciente combatividad. El Valencia ha ganado más de la mitad de los diecisiete partidos que ha jugado a las órdenes de Voro en los que ha obtenido ocho victorias, cuatro empates y cinco derrotas. Sólo en alguno de estos encuentros dejó de competir, tal y como ocurrió en su visita al
Atlético de Madrid (3-0) o en casa ante Eibar (0-4), en el único encuentro que ha perdido en casa en esta etapa de Voro en el banquillo.
Además, el equipo cayó con dignidad y en inferioridad en el Camp Nou (4-2) y, tras adelantarse en el marcador, en sus visitas a Las Palmas (3-1) y Alavés (2-1). En el resto de los partidos, el Valencia no ha sido inferior a sus rivales y en muchas ocasiones los ha superado, especialmente en
Mestalla, donde en 2016 sus encuentros casi siempre se contaban por derrotas y donde ahora lleva una racha de siete encuentros sin perder, con cinco victorias.
Esta consistencia en casa, con triunfos ante equipos de la entidad del Real Madrid, Athletic de Bilbao o Celta de Vigo, ha sido la clave de la recuperación del Valencia, que como local ha logrado veinte de los veintiocho puntos que suma este año con
Voro. Para concretar este crecimiento, ha sido clave la aparición en las alineaciones del joven Carlos Soler, que ha contribuido a esta pequeña revolución en el equipo gracias a su aportación en el centro del campo, lo que ha dado mucha libertad a
Dani Parejo, el futbolista más creativo del Valencia.
También ha contribuido la incorporación de un delantero centro clásico como
Simone Zaza, que al margen de sus goles genera un desgaste importante en la defensa rival, y la mejoría de hombres como Martín Montoya, Ezequiel Garay o Eliaquim Mangala. Más allá de las individualidades, otra de las claves ha sido la consistencia defensiva del equipo, ya que la retaguardia valencianista transmite una seguridad que poco tiene que ver con la de la primera vuelta de la Liga. El Valencia ha mejorado a pesar de las ausencias por lesión de hombres como Rodrigo Moreno, Luis Almeida "Nani" y
José Luis Gayà, al tiempo que futbolistas como Aderlan Santos y Mario Suárez han pasado a tener menor protagonismo en las alineaciones.