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El 'efecto Mel' o cómo conseguir que los futbolistas crean

El 'efecto Mel' o cómo conseguir que los futbolistas crean
Pepe Mel ha transformado al Deportivo desde su llegada. - Carlos Alberto Fernández
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Pepe Mel lo anunció cuando llegó al RC Deportivo el 28 de febrero, el mismo día en que cumplía 54 años: "de la salud mental de los jugadores me encargo yo", y ahí ha radicado el principal cambio que ha supuesto para el conjunto coruñés el desembarco de su técnico, que ha generado el 'efecto Mel' o cómo conseguir que los futbolistas crean.

El Deportivo había perdido la moral. No ganaba desde las vacaciones de Navidad, había enlazado cuatro derrotas y en Leganés, última oportunidad para Gaizka Garitano como técnico blanquiazul, el equipo deambuló por el césped y se estrelló ante un rival directo en la lucha por la permanencia (4-0).

Era un equipo desnortado. Había perdido el rumbo porque su principal problema es que había dejado de confiar en sus capacidades de sacar adelante la temporada. El cuerpo técnico estaba convencido, pero los jugadores, en el campo, transmitían lo contrario.

Decisiones arbitrales polémicas, mala lectura de los encuentros, golpes en los marcadores a última hora. El Deportivo había hecho méritos para estar mejor, pero la realidad es que se encontraba a un paso de las posiciones de descenso cuando el Consejo de Administración pulsó el botón para cambiar a Garitano por Mel.

El preparador vasco había conseguido calmar las aguas revueltas que dejó su antecesor, Víctor Sánchez del Amo, pero el rendimiento deportivo se vio perjudicado por la marcha de Lucas Pérez en los estertores del mercado estival y de Ryan Babel en el de invierno, dos contratiempos difíciles de solventar.

Mel cogió el equipo 'tocado' en lo anímico y cuando empezó su primer encuentro, apenas con tres sesiones de trabajo (una el mismo día del choque), el Deportivo, que además recibía al Atlético de Madrid, había sido alcanzado en la clasificación por el Granada (aunque con un partido menos que sus rivales).

El Deportivo sumó ante el conjunto madrileño (1-1) y tanto en los jugadores como en la afición comenzó a calar el mensaje que enviaba Mel, experto en coaching: tiene que haber "alegría", "lo primero es que se convenzan de que sus compañeros son buenos y ellos, también".

Con la salud mental mejorada, el Deportivo ganó una 'final' en Gijón (0-1 ante el Sporting) y Mel se acordó de Garitano, de la importancia que había tenido su trabajo para lograr cuatro puntos en dos partidos.

La suerte que al vasco se le negaba la tuvo el madrileño al recuperar a última hora y de penalti un punto ante el Betis en el encuentro aplazado de la vigésimo primera jornada (1-1). El técnico destacó del equipo la fe que tuvo hasta el final porque "en otras situaciones" había "bajado los brazos".

"Creían en el empate e incluso con el empate creían en la victoria", sostuvo el preparador blanquiazul, quien ha pedido a sus pupilos "que le echen carácter, sangre, pero también jugar al fútbol". El siguiente rival era el Barcelona, que esa misma noche había completado una remontada épica en la Liga de Campeones.

A pesar del cansancio, de las bajas y de las rotaciones, Mel no daba "el partido por perdido" y, a la vista del resultado, no solo era una forma de hablar. El Deportivo ganó (2-1).

"Con el estado de ánimo anterior el Depor habría perdido seguro. Pero nosotros ahora creemos que somos capaces de todo. Es mérito de los futbolistas. Yo lo único que le dije es que tenían creerse, como mínimo, igual que los que estaban enfrente", aseguró en la rueda de prensa posterior al partido.

Mel se mantiene invicto después de cuatro encuentros, ha reflotado al Deportivo anímica y clasificatoriamente, ha recuperado la conexión con la grada y tratará de que el 'efecto' que ha generado su llegada no se apague el próximo domingo en el derbi gallego ante el Celta de Vigo.