El presidente ruso,
Vladímir Putin, ordenó hoy redoblar las medidas de seguridad durante la Copa Confederaciones, que se celebrará en Moscú, San Petersburgo, Kazán y Sochi del 17 de junio al 2 de julio. El decreto presidencial encarga al Gobierno establecer zonas restringidas de vuelo y navegación con el fin de prevenir atentados terroristas, como el que golpeó el metro de
San Petersburgo a principios de abril.
Además, se prohibirá el acceso de autobuses a las ciudades que acojan dicho torneo, con la excepción de aquellos que cubran rutas locales o reciban salvoconductos especiales del
Ministerio del Interior. También se restringirá la entrada de inmigrantes, la venta de alcohol y la celebración de actos públicos, como ya ocurriera durante los Juegos Olímpicos de Invierno en 2014 en Sochi, donde se limitaron las manifestaciones políticas.
Las medidas, que entrarán en vigor el 1 de junio y que también se aplicarán durante el
Mundial de 2018, también incluirán un reforzamiento de la seguridad en las infraestructuras de transporte. Tras el atentado suicida contra el metro de San Petersburgo, donde murieron 14 personas, el comité organizador de la
Copa Confederaciones y del Mundial de Rusia en 2018 ya aseguró que la seguridad estaba garantizada.
"Hay absoluta seguridad y lo hemos dicho en varias ocasiones y podemos repetir que la seguridad durante la Copa Confederaciones y el
Campeonato del Mundo está garantizada al máximo nivel", dijo Alexéi Sorokin, director general del comité organizador. Sorokin subrayó que "las medidas de seguridad serán reforzadas, pero ya se esperaba que lo fueran, partiendo de la exclusiva magnitud y el estatus del acontecimiento".
San Petersburgo acogerá el 17 de junio y el 2 de julio el partido inaugural y la final de la Copa Confederaciones. Rusia ya decidió revisar sus planes y reforzar las medidas de seguridad en relación con ambos torneos tras el atentado terrorista perpetrado a finales de 2015 por el Estado Islámico contra un avión ruso con 217 pasajeros que había despegado de Egipto.